Despedida de Julian (leida por Agnelo en el funeral 6/12/2019)

Adios, amigo Julian:

Te has ido  casi sin tiempo de despedirte de tus amigos, como hubiera sido tu deseo. Pero quienes nos quedamos, sí tenemos tiempo para despedirte como te mereces, y esta quiere ser la despedida de un amigo que, a su vez, te traslada el pesar y el recuerdo emocionado  de los numerosos amigos que has dejado entre los que hemos compartido contigo los mismos caminos, las mismas ilusiones e idénticas aspiraciones .

Hace años que nos conocimos. Y desde el principio nuestra relación se vió reforzada por una pasión común: el senderismo. Al principio caminé contigo y con otro par de amigos tuyos que compartían la misma afición. Eran salidas esporádicas, pero siempre llevaban la impronta del entusiasmo por los senderos que recorrimos, los lugares que visitamos y la belleza de los parajes que descubrimos.  Luego, pasaste un período de “sequía” andarina, por unos problemas de espalda que te impedían calzarte las botas y colgarte la mochila. Superaste felizmente aquellos duros y difíciles momentos  y enseguida te pusiste en forma para tomar las riendas de tu afición preferente.

Más tarde se formó en Soria un grupo de senderismo, después convertido en club deportivo, conocido como “Soria, paso a paso”, al cual me incorporé casi desde su fundación. Te propuse pertenecer a él  y me faltó tiempo para explicarte el motivo y el proyecto de este grupo recién creado, porque antes de terminar de hablar me dijiste que querías incorporarte. Dicho y hecho. Desde ese momento, entró  a formar parte la persona  que, además de ser el decano del grupo, conocimos al veterano que contagiaba ilusión, demostraba una envidiable vitalidad y disfrutaba como un niño con lo que hacía y, además, iba a dejar una huella profunda entre quienes tuvimos ocasión de compartir con él momentos inolvidables.

Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va. Esta archiconocida expresión musical cobra su sentido hoy, aquí y ahora, y su más profunda expresión emocional. Ante tu presencia material aquí, casi extinta, si no fuera por ese cofre que guarda tus restos, has emprendido el camino hacia otros rumbos que no están recogidos en el wikiloc de nuestro sherpa. Y estoy seguro, porque eras creyente, que en el lugar que te ha reservado el Todopoderoso Hacedor del Universo para disfrutar de su presencia, no permanecerás quieto mucho tiempo. Con su permiso, emprenderás viajes pedestres para explorar el ancho e infinito mundo que se abre ante tu mirada, conocerás nuevos compañeros de viaje con los que compartir la misma afición, descubrirás la belleza del universo que solo los escogidos podréis admirar, prepararás nuevas rutas para enseñarlas a quienes más allá de esta efímera vida se reúnan contigo. En definitiva, tendremos allá arriba un amigo para seguir haciendo caminos. Eso sí, no tendrás que cargar con la indispensable mochila del senderista, ni sentirás el cansancio en tus piernas, ni tendrás que avisar por teléfono que llegarás un poco más tarde  a la comida familiar. Aunque en tu humanidad, seguro que añorarás los  pequeños placeres de tus compañeros, cuando desde tu inmortal atalaya, nos veas tirar de bota, disfrutar de la tortilla o saborear un reconfortante café campero.

Ayer y  hoy muchos de los compañeros del club han colgado fotos en nuestro grupo de whatsapp, con tu inconfundible figura, amén del montaje video- musical que te dedica tu entrañable Angel, nuestro sherpa. ¿Y sabes una cosa? En todas fotos una constante: tu sonrisa. Una sonrisa limpia, sincera, espontánea, pícara….trasunto de una persona con un fino sentido del humor que le costaba poco exhibir, y a quien no faltaba nunca la palabra ingeniosa que arrancaba la carcajada de la concurrencia o la solución original para una dificultad imprevista.

Querido Julian. Hoy elevamos al cielo una oración por tu eterno descanso. Mañana, cuando estemos en el campo o en la montaña, elevaremos nuestra mirada al cielo, con la intención de encontrarnos con tu recuerdo en nuestras conversaciones, en las anécdotas que juntos hemos protagonizado, en los momentos alegres y divertidos que nos has dado, en tu siempre limpia y sabia actitud de buscar en los caminos la mejor manera de disfrutar de la naturaleza, de los amigos, de la limpieza de nuestro aire y nuestros campos.

Adios, amigo. Tu camaradería y optimismo permanecerán siempre en la memoria colectiva de tu grupo de amigos. Puedes estar seguro.