Por Bijuesca 14-12-2019
El día se va levantando según avanzamos por la N -234 y los rayos del sol se van colando entre densos nubarrones por lo que el cielo que tenemos frente a nosotros está dibujado a bandas grises y anaranjadas, así lo muestra la primera foto del video de la ruta de hoy. Damos un pequeño salto desde la Bigornia y una vez en Aragón nos dirigimos a Bijuesca que puede que sea uno de los pueblos mas afortunados de esta comarca bilbilitana rayana con Soria, porque en él, el Río Manubles se digna en aparecer formando un fértil valle dominado por castillos.
Antes de llegar a Bijuesca pasamos por Berdejo y Angel nos cuenta que en una de las biografías de San Millán de la Cogolla se dice que nació en este pueblo y no en Berceo en la Rioja, o pudo haber una mala trascripción del nombre de la localidad. El castillo y la iglesia de este pueblo llaman la atención desde la carretera.
Atravesamos Bijuesca ya caminado y siguiendo el curso del Manubles por su margen izquierda para llegar a la Fuente de los 28 caños que abastece a un lavadero. Se trata de una fuente románica hecha en mampostería y en cuyos tres caños centrales se representa el rostro de una mujer, además se dice que su agua permanece a una temperatura constante de 16º C.
Seguimos nuestro camino pasando por delante del pabellón municipal y por suerte unos cazadores con los que nos topamos llevan un camino diferente al nuestro.
Atravesamos un pequeño puente romano y nos fotografiamos en él por supuesto; enfilamos un sendero entre lo que nos parecen huertas con frutales y campos de cultivo, las haciendas están invernando por lo que solo podemos especular sobre ellas.
Esta vega está encuadrada de vez en cuando por escarpados rocosos y por pequeñas masas de pinos. La temperatura es muy buena para caminar, solo molesta el aire de vez en cuando. Si miramos hacia atrás vemos una ¿montaña de colores?.
Tocamos a las puertas del cielo porque hemos llegado a la sierra del almuerzo y en el porche de un chamizo tomamos nuestros bocatas y el sol y nos sacudimos el polvo después.
Con el estómago lleno subimos una empinada cuesta para llegar a un alto desde el que se puede ver hasta Deza, el aire arrecia y nos trae aromas estupendos.
El descenso desde esta cumbre lo hacemos por restos de una antigua calzada romana y frente a nosotros una estampa fabulosa del caserío de Bijuesca apretado en su hondonada y guardado por su castillo desde un pequeño cerro.
Al finalizar el empedrado sendero, tenemos que caminar un rato campo a través donde las aliagas secas y afiladas nos van pinchando en las piernas.
Llegamos a la “montaña de colorines” o “cerro de los colores”: No se puede contar mucho sobre él, hay que verlo, y por qué no, escalar sus paredes, deslizarse sobre ellas y fotografiarlo por todos sus ángulos y desde todas sus perspectivas. Se trata de una formación geológica de arcilla y yesos versicolores, amarillos, naranjas, ocres, morados y violetas. Es como una mini-médula cuyos colores son producto de distinta cantidad y tipos de óxido de hierro que la componen.
Accedemos al pueblo por un antiguo molino de adobe, cubierto por hiedras del que parten canalizaciones de agua y percibimos que ya han encendido las lumbres en los hogares.
Conocemos a Jesús que nos enseña un rincón muy conocido en la zona y de camino a él vemos huertas con los cardos ya bien tapados con papel y preparados para la Navidad, entre otras verduras nos atraen especialmente las coles de Bruselas.
“El Pozo de los chorros” es un pequeño salto que da el Manubles y que forma un estanque de aguas cristalinas, a su lado los restos de otro molino de adobe envuelto en vegetación también, junto a chopos, fresnos y nogales proporcionan un lugar húmedo y resguardado que en verano tiene que ser una delicia.
Jesús nos dice adiós y llega su hermano Angel que es el alcalde de Bijuesca desde hace muchos años y con él vamos a conocer los tesoros que aquí se conservan.
Comenzamos por la Iglesia de San Miguel Arcángel que está asentada sobre una base románica que podemos ver a través de unos cristales en el suelo del templo, el ábside y alguna ventana se conservan también de esta época. La actual se levantó en el siglo XVII y en su interior vemos un precioso retablo barroco restaurado, presidido por el Arcángel, donde las ropas y detalles de los santos tienen llamativos colores. Pese a ser una comarca en el que el protagonista artístico absoluto es el mudéjar en estos pueblos se han encontrado importantes restos románicos.
En los laterales hay pinturas antiguas regaladas por indianos.
El siguiente templo que nos muestra el orgulloso alcalde es la ermita dedicada a la Virgen del Castillo que está situada junto a la fortaleza. A los pies del templo se distingue una torre cuadrada que perteneció al castillo donde se encuentra el campanario y tras un acceso porticado se nos muestra un lugar sagrado alegre e iluminado, sus techos y bóvedas están adornadas con dibujos geométricos en tonos azules y en sus paredes hay pinturas que cuentan milagros y en sus altares antiguas labores en punto de cruz con la imagen de la Virgen.
Desde el exterior de la ermita admiramos los restos del castillo que fue conquistado por Pedro I el Cruel de Castilla y arrebatado a éste por Pedro IV de Aragón que lo mandó destruir, ambos lucharon y se lo conquistaron mutuamente varias veces. El castillo estaba rodeado por tres recintos amurallados, la ermita que visitamos se encuentra en el tercero y aquí el alcalde nos muestra el detalle de grandes piedras que aparecieron en la excavación y que son las que lanzaban con las catapultas, a su vez Almudena descubre la particularidad de la fuente que está junto a la escalinata de esta ermita, que lanza su gran chorro de agua en línea recta. Castillo e iglesia constituían la defensa de una plaza estratégicamente muy importante en zona fronteriza.
Bajamos paseando por estrechas e irregulares calles todas ellas pavimentadas de la misma forma, callejeamos entre casas que tienen formas y tamaños muy diferentes parecen de adobe y la uniformidad del conjunto del pueblo la proporciona el color blanco en sus encaladas fachadas que contrasta con el azul fuerte en puertas y ventanas y alguna, las menos, en rojo. El caos arquitectónico da lugar a resguardados rincones, pequeños jardines y callejuelas. La idea es mantener el interior del pueblo intacto y que las casas modernas se construyan alrededor, nos comenta su alcalde.
La sorpresa final la encontramos en” La antigua escuela” donde hoy está un bar regentado por un matrimonio muy amable. Nos tomamos nuestra cerveza en este lugar que pone un punto chic a este pueblo lleno de tradiciones y que nos ofrece desde un museo etnográfico hasta utensilios reciclados como una vieja estufa de gas convertida en papelera pasando por una moderna gastronomía con un aspecto muy apetecible.
Bijuesca tiene 99 vecinos censados pero viven de forma fija una veintena que son suficientes para conservar un pueblo impecable y muy atractivo que en el 2021 va a celebrar la Romería de “La Saca de la Virgen del Castillo” que se conmemora cada 25 años y en la que participan todos los pueblos de los alrededores tanto de Soria como de Aragón que pertenecen a la concordia. Ese día además de sacar a la Virgen desde su ermita a la iglesia, el alcalde de Bijuesca, a primera hora de la mañana, entrega el mando del pueblo a Reznos. Bijuesca fue generoso ofreciendo agua a todos sus vecinos en épocas de sequía y con esta fiesta le agradecen su altruismo.
El Manubles hilo conductor y protagonista de esta zona y de nuestra ruta de hoy entregará sus aguas al Jalón en Ateca y nosotros tomamos el camino contrario para volver a casa.
Ruta corta en Kilómetros pero extensa en atractivo porque si al caminar añadimos conocer el lugar y escuchar interesantes tradiciones, el resultado es una mañana pasopasera .
EMI
Magnífico!!!! Me hace sentir partícipe de vuestra experiencia
Precioso relato EMI!!! Se lo he enviado a mi amigo Jesús. Gracias