VENDIMIANDO EN ATAUTA.22 de noviembre de 2025.

Hoy hemos saludado al invierno y la navidad ya se ha ido colando en nuestras conversaciones por lo que no hay mejor destino que “el punto geodésico del Turronero”. Y si a este empeño añadimos que además el lugar de partida y llegada de nuestra ruta es Atauta, que hoy está consolidada por su gran relevancia en la historia y cultura del vino, tenemos una jornada redonda.

Hay un pequeño inconveniente al llegar al pueblo y es que los indicadores de la carretera tienen el nombre de ATAUTA invertido, pero una vez que todos los coches están reunidos en el frontón del pueblo, el grupo inicia la marcha atravesando las tranquilas y vacías calles de la localidad.

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Durante el recorrido, el perro de Sara se mostró alerta ante el inusual bullicio en la calle, lo que llamó la atención de su dueña y la animó a salir a investigar qué sucedía. Para sorpresa de Sara, entre el grupo nos encontrábamos un buen número de personas conocidas, por ser compañeros de la profesión sanitaria. Aprovechando el reencuentro, quedamos con ella sobre las 13:00 horas para tomar algo en el bar y, además de solicitarle que abriera la iglesia para poder visitarla.

Night (HDR+e)

Soria paso a paso se dirige hacia campo abierto, el aire nos corta la cara y la helada platea las tierras de labor. Enseguida nos vemos cumbreando sobre una gran plataforma desde donde se nos permite ver el valle de Atauta que cobija las vides y a nuestra derecha se abren grandes llanos cuyos nombres van cambiando según avanzamos, pasando por” Los palomares “y el “llano de los Valles” distinguiendo a lo lejos San Esteban de Gormaz.

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Mientras avanzamos por la balconada, el paisaje nos regala la visión de singulares formaciones rocosas desde donde ha habido desprendimientos.

El trayecto es muy cómodo hasta llegar al punto geodésico del Turronero sin hacer esfuerzo ninguno, ni subir cuesta alguna. Desde sus 984 m. vemos cumbres lejanas ya blancas en la serranía Segoviana, la Sierra Pela y también podemos reconocer claramente la inconfundible silueta del cerro coronado por el castillo de Gormaz.

Fotaco pasopasera mientras unos cuantos buitres salen volando, desplegando sus enormes alas y descendemos del cerro para resguardarnos del viento entre un pequeño bosque de laricios  y carrascas, donde aprovechamos para disfrutar de nuestro almuerzo en buena compañía.

En el camino de regreso, el grupo bordea el pueblo de Peñalba de San Esteban y se adentra por el valle que antes se contemplaba desde las alturas durante el trayecto de ida. El paisaje ofrece una perspectiva diferente, permitiendo observar desde cerca las viñas que caracterizan la zona.

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Las vides, recientemente cosechadas, aún conservan algunos racimos de uvas blancas y negras en sus ramas. Estos frutos, olvidados tras la vendimia, despiertan la curiosidad y el apetito de los caminantes, que no podemos resistirnos a realizar nuestra propia «vendimia particular» probando las deliciosas uvas que quedaron atrás.

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Las parcelas de viñedo están claramente señalizadas indicando el tipo de vino al que están destinadas y se encuentran algunas zonas donde aún permanece una abundante cantidad de uvas de modo que los senderistas podemos seguir disfrutando del sabor auténtico de la tierra.

Visitamos “El Plantío”, una zona emblemática donde se encuentran las bodegas y los lagares, integrados en la montaña como si fueran pequeñas casas de hobbits que se mimetizan en el entorno. En este lugar se lleva a cabo el procesamiento de la uva recién recogida y la maduración del afamado vino de Atauta.

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Este conjunto de bodegas fue reconocido en 2017 como bien de interés cultural, ostentando la categoría de Conjunto Etnológico. Además de las bodegas, en la zona se conservan cuatro antiguos palomares que añaden valor histórico y arquitectónico al enclave.

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El Plantío está formado por 141 bodegas, 15 lagares, 9 lagaretas y 3 casillos, conformando un paisaje único que refleja la profunda tradición vitivinícola de la región. Al pasear por sus calles, se pueden observar las peculiares chimeneas conocidas como “zarceras”, que funcionan como conductos de ventilación para las galerías subterráneas donde reposan las cubas de vino

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Al aproximarnos al núcleo del pueblo, el camino desvela la presencia de bodegas centenarias excavadas directamente en la roca que sostiene la localidad y durante la subida hacia el centro del pueblo, nos asomarnos a una antigua fragua,

vestigio de oficios tradicionales que, junto a las bodegas, conforman el tejido cultural del lugar.

Desde allí, nos dirigimos directamente hasta la iglesia situada en lo alto del gran risco que domina el pueblo. Este templo, dedicado a San Pablo, patrón de la localidad, constituye un símbolo de identidad para sus habitantes.

Sara, con orgullo y entusiasmo, muestra la iglesia, recientemente restaurada. La renovación ha dotado al interior de una notable luminosidad, permitiendo admirar con mayor detalle las queridas y veneradas imágenes religiosas que alberga.

Entre ellas destacan la talla del Cristo crucificado y el retablo dedicado a la conversión de San Pablo. Estas imágenes aún recorren el pueblo a hombros de los vecinos cuando llegan sus correspondientes fiestas.

Para culminar la mañana, nos dirigimos al bar social del pueblo, abierto con amabilidad para los visitantes que se convierte en el escenario perfecto para poner el broche final a nuestra jornada.

Aquí, tras la ruta, el recorrido por las bodegas, los lagares y la iglesia, compartimos impresiones y experiencias en un ambiente distendido, celebrando juntos el cierre de un día senderista más, el de hoy conociendo y disfrutando de  Atauta.

Emi

 

 

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Posted by: soriapasoapaso on