Descubriendo Rioseco de Soria. 1 de octubre de 2022

 

Nos apeamos de la autovía en Rioseco de Soria, porque la A 11 ha avanzado unos km más hasta Santiuste y este trayecto ha tenido que ser modificado para salvar y proteger la vía Romana que comunicaba Muro de Agreda, Numancia y Osma, o lo que es lo mismo, Augustóbriga, Numantia y Uxama. El Mundo Romano se va a infiltrar en la ruta de hoy ya que los pasopaseros no perdemos oportunidad de aprender cosas nuevas sobre la antigüedad de nuestra provincia y en esta pequeña localidad Soriana, regada por aguas del río Sequillo y resplandeciente bajo el sol otoñal de esta mañana, vamos a gozar ruteando por sus campos y bosques y nos empaparemos de su historia, que al fin y al cabo es la nuestra y la de todos.

Las calles adoquinadas y superlimpias de Ríoseco nos van dirigiendo hacia las afueras de la localidad por” el camino del Hoyo Redondo”. El otoño se percibe ya en el ambiente, pero el campo está agostado, incluso con alguna grieta, después del seco verano

Caminamos por una   planicie, llamada “El Agullón” según Relive y  el sol calienta nuestras caras, al poco el paisaje cambia de forma drástica porque nos  adentramos en un bosque mixto con sabinas, enebros, quejigos y algún pino; pero lo que más destaca y nos encanta esta mañana en este lugar es el olor tan estupendo que se desprende del monte bajo, que también es  abundante y está formado por jaras y arbustos olorosos como tomillo y cantueso; intentamos identificar los aromas y los sentimos inspirando  profundo. Acabamos de atravesar “Valdematas”

El siguiente punto de interés en nuestro camino, son los derruidos corrales de Valdepolvos. El ganado fue uno de los medios de vida de la zona y vemos que estas abandonadas tainas están construidas en madera y adobe. Tras alguna broma con el nombre de los corrales, nos incorporamos de nuevo al camino que ahora va escoltado por sabinas, algunas de ellas ya con buen porte.

Una segunda zona de corrales aparece cerca de nuestro sendero y como las edificaciones ya están destruidas también, nuestra atención se centra en las sabinas que en esta esplanada tienen dos, tres, incluso cuatro troncos juntos por lo que el conjunto da el resultado de unas portentosas enebras que nos parecen admirables y además son un hábitat propicio para aves, como así lo indican grandes carteles avisando de “zorzales”

La zona de” La Cerrada” es la más famosa de Rioseco y es en la que nos adentramos ahora. Entre los bosques se abren vaguadas y pastizales y en una de ellas se encuentra el campo rústico de golf que lleva el mismo nombre del paraje.

Recorriendo este campo natural de golf encontramos el lugar ideal para descansar y tomar el almuerzo, lo hacemos en una zona de merendero con mesas, fuentes sin su chorro de agua correspondiente y un gran abrevadero y todo esto rodeado de sabinas nuevamente. Mientras tomamos el bocadillo podemos observar cómo, a lo lejos, los golfistas se dedican a su tranquilo juego. Nos sorprenden muchas cosas del campo porque apenas entendemos algo sobre este deporte, por ejemplo, el tee que es un pequeño soporte que se clava en la tierra para poner la bola de golf y es una salida del juego. Este   campo tiene 9 hoyos y está gestionado por el Club de golf La Cerrada aunque es de titularidad municipal

Unos escogen sol, otros prefieren la sombra para el descanso y refrigerio, por lo que unos nos refrescamos con el trago de vino de la bota de Agnelo y otros entran en calor con él.

Seguimos la ruta circunvalando la hierva del campo de golf comentando la mañana tan propicia para caminar que nos ha tocado y tras pasar un tramo corto de carretera nos encontramos con tierras recién labradas porque otra de las riquezas de la zona es el cultivo de trigo, cebada y girasol

El antiguo Molino de abajo, al que llegamos seguidamente, es actualmente un Centro de interpretación cultural en el que nos vamos a enterar dos interesantes hallazgos:

El primero es el molino en si donde se conserva parte de la maquinaria antigua y se muestra con video y con paneles explicativos cómo se hacía la molienda y cómo funcionaba la instalación.

El segundo es la oculta Villa Romana de los Quintanares que se encontraría frente al molino. Una asombrosa y divertida realidad virtual nos muestra la quinta romana:

Vemos sus patios con columnas y estatuas, distintas dependencias y habitaciones, mosaicos y ricos artesonados e incluso gentes realizando escenas de la vida cotidiana. 3.600 m cuadraros de villa rústica que en nada desmerece respecto a las suntuosas construcciones urbanas, según explican los expertos en la materia. El mosaico es uno de sus principales recursos decorativos, como ya vimos en la Villa de las Cuevas y aquí se descubrió uno especial dedicado a la diosa abundancia que es la imagen que promociona el lugar. Estos restos romanos permanecen ocultos para su conservación a la espera de nuevas intervenciones y excavaciones que hagan emerger otros tesoros arqueológicos.

El entorno del museo cuenta con el cercado donde se descubrió la villa y con un arbolado muy salado también, que nos saca la lengua de forma descarada.

Volvemos a Rioseco, vemos jardines muy cuidados y con diseños originales, la antigua casa de la estación convertida en vivienda, reconstrucciones de antiguos edificios y casas nuevas en calles impecablemente limpias, nos parece un pueblo muy atractivo y acogedor.

Cervecita y para casa, hoy se ha terminado pronto la jornada senderista, pero ha sido intensa y provechosa y es un gran placer estar juntos de nuevo.

Emi

 

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Posted by: soriapasoapaso on