VALLE DEL RÍO RAZÓN (El chorrón y km17)

23 DE ENERO DE 2015
Nuestro sistema de inscribirnos a las rutas nos anunciaba la incorporación de 4 senderistas (Carmen, Delia, Chus y José Luis) procedentes del grupo LA QUINTA DEL ALMA invitados por algunos de los nuestros que también participan en este grupo de senderismo. Junto con ellos Ángel, Ana Bernal, Maribel, Carlos, Feli, Ana María, Rosi, Enedina, Asun, Agnelo, Ana dela Hoz, Miguel y Emi formábamos un grupo de 19 senderistas, el mayor número que hasta la fecha hemos caminado en nuestro grupo.
El paraje propuesto para esta ocasión nos llevaba al valle del Río Razón y en concreto al Chorrón, paraje de esparcimiento para muchos sorianos en verano por las posibilidades de baño que proporciona además de la contemplación de un lugar que la naturaleza ha adornado de una beeleza especial.
Curiosamente y por extraño que parezca, éramos muchos en nuestro grupo los que no lo conocíamos por lo que nos satisfizo a todos el descubrir dicho lugar.
Arrancábamos repartidos en cuatro coches, tras los saludos de cortesía, desde el lugar de costumbre en una mañana que se presentaba muy agradable para caminar.
Llegamos al punto donde dejábamos aparcados nuestros coches en el desvío que lleva al Aula de la Naturaleza de la Junta de Castilla y León entre El Royo y Sotillo del Rincón.

Justo al inicio del recorrido nos encontramos con un aviso de peligro por la existencia de una batida de caza, lo que provocó cierta duda sobre la conveniencia de seguir o  no con nuestra actividad. No obstante, y como no se veía nada real que sugiriese ningún peligro, continuamos nuestra marcha. Al fondo, en la montaña, niebla. Pronto nos alcanzó un grupo de coches de cazadores con remolques que portaban sus perros, que iban a participar en la batida anunciada. En la corta conversación que mantuvimos con ellos, supimos de que se iban a lo alto de la sierra, por lo que no existía en la práctica ningún tipo de peligro.
Pronto dejamos el camino forestal para visitar el paraje de El Chorrón.

Abandonamos el lugar no sin antes recoger en nuestras cámaras cuantas fotografías se nos ocurrieron hacer, además de una de nuestras fotos de grupo

Ángel estrenaba el seguimiento de la ruta desde wikiloc y nos dirigimos al Aula de la Naturaleza. A su paso por ella, Miguel recordaba su asistencia a varios campamentos en el lugar cuando funcionaba como albergue y su ilusión por convertirse en monitor de tiempo libre.
Nos dirigíamos al km 17 dando una vuelta por el monte. Caminábamos entre robles cuyas hojas no acababan de desprenderse de las ramas, pero las caídas formaban una mullida alfombra que daba gusto pisar. Las  abundantes lluvias que a la vista de la humedad del suelo habían caído hacía en algunos tramos más dificultoso nuestro caminar.
Pero Ángel se confunde de ruta y en vez de coger el camino de la izquierda, nos lleva por la derecha lo que hace que tengamos momentos de sensaciones de aventureros en busca del “arca perdida”.
Cuando somos conscientes del error, damos media vuelta monte a través a buscar el sendero adecuado. A Ángel se le nota un poco preocupado, pero la aventurilla vivida daba otro aliciente a nuestro caminar.
Encontramos un lugar apropiado para almorzar  y como pudimos, dada la humedad que había asentamos nuestras posaderas para compartir la tortilla y la bota de rico tinto de Agnelo y las diferentes galletas y frutos secos que algunos llevaban.

 
Por fin dimos con el camino que nos llevaba al merendero del Km 17 que habíamos estado buscando y nos encaminamos al punto de partida. Tanto en el camino de ida como en el de vuelta, pasamos por una casa de piedra en cuya construcción se utilizaron piedras con origen en algún edificio religioso, dadas las inscripciones en latín que tenían esculpidas, lo que motivó comentarios respecto al modo de construir que tenían nuestros antepasados.
 

Después hemos sabido que el edificio en cuestión era un antiguo molino-eso nos cuenta Feli, que le ha informado su marido- que fue ocupado por una monja belga llamada Juliana que, en la actualidad vive en Molinos de Razón.
Nuestra actividad termina en el bar El Lago donde, mientras nos tomamos una cervecita y unas patatas bravas informo a nuestros invitados de lo que somos, lo que queremos ser y cuál es nuestro propósito: “Aprovechar nuestra afición senderista para caminar desde el senderismo hacia la amistad”. La información es bien recibida y podemos percibir cierto deseo de incorporarse a nuestro grupo.
Mañana estupenda que en muchos de nosotros ha provocado comentarios en el sentido de la suerte que estamos teniendo en nuestras salidas; en estimable compañía que nos anima a continuar en nuestro deseo de seguir en amistad y armonía.
Luis
 
 

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Posted by: soriapasoapaso on