Por la nieve en manga corta o por las tablas de la ley.

 

13 de abril de 2024

 

Es primavera y la montaña nos reclama y aunque el IBP del que hoy se nos informa es de 72 %, 25 senderistas nos animamos a hacer la ruta, porque sabemos que la sensación final va a ser emocionante   y probablemente inolvidable. Se cuenta con la ventaja de que hoy, va a ser un día inusualmente cálido lo que anima también para ponernos en marcha hacia el cordel de los dos miles que componen la serranía de Urbión.

Nuestro primer objetivo es llegar en coche hasta el aparcamiento de” Peñas Blancas” (1765m) que se encuentra en pleno corazón de los montes duroleneses así que cerca ya de Castroviejo viramos hacia una pista forestal que nos lleva al” Refugio de la Fuente del Berro “desde donde seguimos conduciendo por un quebrado camino que hace votar a nuestros coches, hasta llegar donde el sendero muere que es un descampado apto para aparcar cómodamente.

Austero, cerrado y de hormigón, el refugio del bunker que hace honor a su nombre es el lugar desde el que  ascendemos  por la montaña dejando el GR -86 a nuestra derecha porque se quiere alcanzar  una concreta localización  que es el collado que hay entre el “Pico Tres Provincias y el” Camperón” .Caminamos por un espeso bosque de albares chaparros  y tortuosos ya castigados por la dureza del clima  en esta altitud, de vez en cuando pisamos nieve o suelos rebosantes de agua con un sinfín de pequeños arroyuelos que van serpenteando por  la montaña; todo indica que estamos en pleno deshielo lo que hace que el suelo esté empezando a reverdecer hasta el punto de que las vacas ya están pastando por estas latitudes y los pájaros celebran también este día soleado de

primavera.  La vegetación rastrera nos dificulta el caminar, es fuerte y abundante, nuestro experto nos explica que estamos pisando enebro rastrero que nos ofrece ricas ballas que podemos comer, también hay Érica y pequeños narcisos que al parecer son las flores que siempre nacen en primer lugar. Hacemos cima en” el paso del Portilla” (1960m), donde nos damos cuenta de que vamos a tener una mañana de contrastes: el cielo azul y el calor que ya sentimos junto a la nieve que sigue apareciendo sobre todo en las laderas de las montañas en forma de grandes neveros. Una amplísima perspectiva de montañas infinitas tenemos ante nuestros ojos superpuestas sobre el valle del Portilla y todos nos afanamos por conseguir una buena foto o un selfi con este telón de fondo.

La cuerda de la montaña guía ahora nuestros pasos viendo de frente a Urbión mientras nos vamos asomando hacia la parte riojana para no perdernos ningún detalle del paisaje del territorio vecino.

La siguiente estación es en el “Picacho del Camperón” (2093 m), su cumbre es otro maravilloso mirador sobre la sierra, disfrutando desde aquí de la cara norte del circo del valle del río Urbión que tributará al Ebro. Su cumbre está marcada con un piolet con un relieve de un murciélago y un gran hito pétreo colonizado hoy por un gran grupo de mariquitas al sol. La laguna de Urbión está congelada todavía y apenas es distinguible por estar cubierta de hielo y nieve, el grosor de los neveros es tremendo en la ladera interna del Camperón y no se puede bajar hasta la laguna como se pretendía.

Nos alejamos del filo de la montaña y seguimos ascendiendo por ella, pero por su interior, paramos para observar el gran valle con los pueblos pinariegos, los roquedos de Castroviejo y de cueva la graja que sobresalen entre los pinares y hacia nuestra derecha el cordel que hemos ido siguiendo que parte del Muñalba, sigue por el Tres Provincias, el Camperón y nos queda Peñas Claras que es hacia donde nos dirigimos ahora. Las llamadas tablas de la ley son el roquedo mas famoso de peñas claras, las vemos desde su parte inferior y las rodeamos para subir de nuevo la montaña y asombrarnos con un bello caos pétreo donde cada roca tiene una forma diferente y extraña, nos asomamos al balcón entre las tablas de la ley y tras una pequeña pelea de pellas, nos sentamos a almorzar junto a la” roca del tío Vicente”, evocando a nuestro antiguo compañero. Ya teníamos ganas de descansar y necesitábamos reponer fuerzas porque el trabajo andarín esta mañana se nota que es considerable. Reiniciamos la marcha ascendiendo entre el paisaje de rocas, de nuevo al filo de la montaña, llegando a la zona límite de peñas claras (2.168 m) desde donde nos vamos a asomar a los abismos nevados desde varias rocas estratégicas.

A un paso ya de la gran cumbre, se decide llegar a los 2228 m, todos ya de manga corta, con viseras y sombreros quita sol que también son necesarios en esta calurosa mañana, enfilamos el ascenso final a los picos de Urbión:

La distancia es corta, pero el desnivel es potente y el esfuerzo necesario también lo es, pero una vez en la cumbre la euforia llega al grupo, el encaramarse a la cruz es parte del ritual necesario para considerar que hemos hecho cima y aquí se pone en marcha nuestro también estupendo ritual de hacernos fotos chulísimas todo el grupo apiñado frente a ese trípode que hace equilibrios por cualquier sitio. La vieja cruz de hierro viste diferentes colores cada vez que subimos, hoy no nos hemos acordado de traer algún recuerdo azul pasopasero para atar en ella o algún mensaje para su buzón cimero que tiene mensajes labrados en trozos de madera. El día es ideal para distinguir hasta los Pirineos y por supuesto que los vemos allá lejos como nubecillas en el cielo azul.

Tenemos que evitar meternos por los neveros por lo que se decide bajar de la cumbre por el mismo sitio por el que subimos, pero al bajar nos liamos un poco y caminamos entre grandes rocas, caminillos estrechos y entre grandes ventisqueros, pero si hasta aquí los esquivábamos, una vez cerca del nacimiento del Duero ya nos lanzamos a ellos a pisarlos y a rebozarnos en nieve, y como era de esperar el origen de nuestro gran río está espectacular entre nieve y con diferentes surtidores de agua desde múltiples zonas de la montaña. Nos viene muy bien esta agua fresca para reponer nuestras botellas y cantimploras que ya van prácticamente vacías e iniciamos el camino de vuelta acompañado el copioso caudal del recién nacido Duero. Esta es la zona en la que más nieve pisamos, observamos al caminar sobre los neveros que tienen un gran espesor y muchas veces donde la nieve está mas blanda y no se compacta al pisarla nos hundimos a mucho más de la rodilla. Cada nevero que atravesamos es una nueva aventura, los pasamos en fila india y vamos usando las pisadas de nuestro compañero de adelante con la esperanza de que no ceda la nieve. Si nos caemos o nos mojamos no nos importa porque nos refrescamos y aliviamos el calor.

El tramo final de nuestra ruta es bajando por el perfil socavado en V que el río va labrando hoy con fuerza especial porque un fuerte sonar de aguas saltando y brotando por diversos puntos de la montaña nos acompaña, ya que la ladera opuesta todavía conserva bastante nieve. Varios pinotes barbados como abuelos del bosque nos marcan el inicio de la zona de bosque nuevamente donde los albares nos darán cobijo y sombra para acabar nuestra ruta atravesando un puentecillo sobre el arroyuelo también llamado de peñas blancas, debajo del bunker.

 

En el camino de vuelta se hace parada en “La Pausa” de Abejar para dar el remate final a esta emocionante mañana senderista en la que hemos acabado cansados  pero felices porque Urbión cuesta, pero siempre  merece la pena.

Emi

 

 

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Posted by: soriapasoapaso on