Cascadas de Duruelo de la Sierra. 29 enero 2022

 

Es bastante insólito que a finales del mes de Enero se pueda acceder a los montes norteños de nuestra provincia, pero este invierno está siendo excepcional por la falta de precipitaciones y gracias a ello hoy 29 de enero de 2022 vamos a hacer una excursión cuyo protagonista principal va a ser el hielo, vamos al encuentro de cascadas y lagunas congeladas y para ello bien madrugados y abrigados acudimos a la Plaza del Millón de Duruelo de la Sierra.

La temperatura ambiental es muy baja y Duruelo y sus alrededores están escarchados y congelados, el humo de las chimeneas crea una ligera bruma sobre los tejados y el sol comienza a irradiar su tímido calor. Los senderistas salimos del pueblo hacia Santa Marina pasando antes por una zona de aserraderos de madera que es una de las riquezas y fuente de ingresos de la zona, aunque la industria maderera ha decaído bastante.

Santa Marina es un paraje cercano al pueblo en el que se encuentra la ermita dedicada a esta santa y cuya fiesta y romería se celebra el 18 de Julio. Este día la virgen es llevada en procesión desde la Iglesia de S. Miguel hasta su santuario y aquí con ronda y ajo carretero celebran una gran fiesta los durolenses hasta la tarde/noche cuando vuelven con la virgen a hombros nuevamente al pueblo.

Ya estamos en territorio de coníferas, los grandes pinos que son insignia de esta zona forman una gran masa protectora que nos consigue aislar un poco del frío, pero el suelo está completamente congelado e incluso hay que atravesar de vez en cuando cursos de agua helada, la paz matutina del bosque solo es quebrantada por algunas reses de vacuno que escuchamos y vemos a lo lejos.

El roble deshojado y subordinado a los magníficos alabares aparece haciendo el bosque más espeso y nuestro camino se va estrechando y delimitando porque tenemos que llegar a un lugar algo escondido y recóndito al que prácticamente tenemos que acceder de uno en uno, bajamos por escalones tallados en el suelo y ayudados por una cuerda a la” cascada de La Hiedra”. Hoy la podemos admirar con estalactitas de hielo en dos niveles de esculturas congeladas siguiendo la forma de la cueva, desde las que se desprenden pequeños chorrillos de agua. Tras un rato de contemplación vamos volviendo por el mismo sendero que ahora supone un remonte importante.

Subimos para volver a descender al poco de nuevo al río para admirar la segunda cascada congelada que es la de “Pozas malas”, ésta es mayor que la anterior los chupos forman una ancha cenefa colgante de la roca, hay una cueva más amplia y profunda que la anterior y un gran cono de hielo que emerge desde el suelo a juntarse con las estalactitas de hielo. Mirando y escuchando el caer del agua permanecemos largo rato, porque son muchas las fotos para hacer y los rincones y ángulos que escudriñar, hay que entrar en la cueva y observar las estructuras congeladas desde el interior hacia afuera. Una corriente fina se va desprendiendo y va afilando los chupones de hielo.

Salimos hacia arriba de nuevo porque nos vamos a” los calderines” que son pequeñas pozas de agua moldeadas en una gran roca por un arroyo, el hielo lo ha solidificado todo, pero se distingue la corriente de agua por debajo de éste. Como hemos llegado a la parte alta del bosque y el sol se cuela entre las copas de los pinos creando un ambiente caldeado y agradable nos apetece sentarnos y almorzar para que salga la bota pasopasera a dar una vuelta de boca en boca. En grupos pasamos un buen rato relajados sintiendo el sol matutino en nuestras caras llenándonos así de energía tanto por fuera como por dentro gracias a nuestros bocadillos.

El siguiente punto de interés en la ruta de hoy es un rincón ganadero llamado “El cubo” al que llegamos al poco rato después de ponernos en marcha tras el descanso. Vemos corrales construidos con piedra colocada a hueso, es decir, sin ningún tipo de mortero entre ella, majadas con buena sillería que seguramente cobijaron a gran cantidad de reses hace años, pero hoy solo vemos un único animal, una oveja que parece que vaya a parir en poco tiempo.

Según los ancianos del lugar hubo hace muchos años una famosa maestra en Duruelo llamada María Gómez que siendo amante de la naturaleza gustaba de llevar a sus alumnos a una laguna cercana al pueblo en la que les mostraba las aves que allí habitaban. Es una laguna poco profunda, de origen endorreico, emplazada en una gran umbría donde se acumula el aire frío de Urbión por lo que permanece congelada la mayor parte del invierno y se ha convertido en la pista de patinaje de los habitantes de Duruelo.

Soria paso a paso tiene el gusto de pisarla, patinarla y disfrutarla. Se opina que es un lugar muy especial y de gran belleza paisajística, también asombra lo que se vislumbra bajo la superficie helada que son burbujas de metano junto a los vegetales congelados, porque este acuífero en primavera va desapareciendo y se convierte en una gran pradera. La pequeña laguna de Marigómez es un tesoro escondido en medio del bosque y en Soria paso a paso ya la hemos etiquetado como uno de nuestros lugares favoritos.

Volvemos a Duruelo por los mismos parajes y ahora mirando frente a nosotros la serranía de Urbión echamos en falta un gran manto blanco en las faldas de las montañas y de nuevo en el pueblo nos dirigimos a su fantástica panadería para llevarnos pan y dulces.

Pero el espectáculo congelado no acaba aquí, conocemos otra cascada que quizá sea la mas impresionante de la zona pinariega y que se visita como colofón de esta heladora ruta, se trata de” la mina del médico” que se encuentra en Covaleda en el paraje de Cubillos. La gran cortina de agua que se desprende desde el techo de la cueva hoy está estática y paralizada salvo un gran caño que baja con gran fuerza, los alrededores del río y rocas tienen también enormes tramos congelados que hacen de este rincón un pequeño remanso donde únicamente parece que habite el invierno, ojalá estuviera así todo el monte.

Termina esta ruta sencilla de hacer y corta en recorrido pero que ha sido un gran gusto para todos nuestros sentidos, solo queda estimular un poco el gusto con una cervecita o un vinito.

Emi.