RUTA POR LAS LAGUNAS DE NEILA – BURGOS (28-9-2019)

 

 

 

7.30 H de la mañana. Todavía es de noche cuando partimos de Soria en tres coches hacia tierras Burgalesas nuevamente, hoy esperamos ver  las famosas Lagunas de Neila que la semana pasada estaban envueltas en niebla.

En Abejar ya es de día, Molinos de Duero lo vemos de pasada, en Salduero ya hay algún viandante y en Covaleda  varios vecinos ya han tomado un café  en Las Vegas  y echan un cigarrillo en la puerta del famoso bar. Duruelo engalanado con banderolas festivas duerme todavía porque ha estado celebrando San Miguel.

 

Atravesamos Quintanar de la Sierra,  un pueblo en cuesta con una robusta arquitectura serrana  que ya está en plena actividad, para desviarnos hacia una carretera de montaña, sinuosa,  sobre todo en su último tramo y que es famosa por ser recorrida por la vuelta ciclista de Burgos y de España en ocasiones.

Aparcamos en el último estacionamiento, donde colocan la meta de las  carreras ciclistas y vemos  “Peña Aguda” en cuya cúspide se encuentra  el mirador de San. Francisco y  aunque las vistas desde  él deben ser fantásticas nuestro camino empieza dejando el gris montículo  a nuestra espalda para seguir la dirección de la carretera cortada, pero por el monte.

Esta zona fue declarada protegida como “Parque Natural de las Laguna glaciares de Neila en  2008 y su atractivo principal es el rosario de lagunas de origen glaciar a diferentes niveles orográficos. Esta zona pasó de ser intransitable y desconocida para los visitantes  a ser una zona  de turismo y de ocio de pesca, gracias a una obra de transformación  que se hizo entre los años 1969 y 1971.

Algunas consecuencias de este proyecto fueron la alteración de morrenas, la creación de caminos y carreteras y la construcción  de diques. Esta transformación exitosa en la época  dio lugar a un efecto negativo desde el punto de vista ecológico. En los años 2001 y 2002 se realizaron obras nuevamente para la  renaturalización del paisaje intentando reconstituir los relieves característicos del modelado glaciar.

Este  es el motivo por el que se dice que “son artificiales”

Solventada la duda que teníamos sobre el origen de los lagos, seguimos con nuestra ruta:

Pisamos monte, tenemos pinos cubiertos de líquenes   a nuestro alrededor  y según vamos subiendo  por un piso irregular vemos a nuestra izquierda las dos primeras lagunas : La de los Patos y la Brava, ambas tienen poca agua porque  en algún tramo se distingue su fondo y la que tiene patos suponemos que es la que hace honor a su nombre.

Sin llegar al alto de la Campiña ya podemos ver también las dos principales lagunas del complejo, La Negra y  La Larga. Pero el espectáculo que nos hace frenar en seco es el  del horizonte que se nos ofrece desde la sierra de Neila : Nuestro emblemático e inconfundible Pico Frentes nos saluda desde la lejanía, Urbión  vigila nuestros pasos de cerca y la sierra de la demanda exhibe sus crestas montañosas peladas y redondeadas. Vemos un largo cordal de  cumbres con valles ocultos en los que cúmulos de niebla se concentran. El Pico San Millán, frente a nosotros,  es la máxima altura de la provincia de Burgos dentro de esta sierra y como la mañana es clara y el cielo es una preciosidad el espectáculo está servido. Un afilado vientecillo nos  va envolviendo según ascendemos pero nos resulta agradable.

Hacemos cumbre  de 2048m. en el punto geodésico de “La Campiña” y desde aquí contemplamos  perfectamente el circo que envuelve la laguna negra y la larga, en esta zona también está  la laguna  corta pero suele estar seca.

La vegetación ha desaparecido pero la hierva persiste bastante fresca en esta latitud y aunque el vientecillo se ha transformado en aire mas molesto,  seguimos nuestra ruta por la cima, rodeando el circo y mirando hacia nuestra izquierda también porque los pueblos serranos se ven a lo lejos y en la parte de abajo está el famoso paraje de “Las Calderas”.Ya tenemos hambre pero esperamos encontrar un lugar resguardado para almorzar.

Al llegar al otro extremo del circo comenzamos a bajar de la pelada cumbre por el filo de la montaña y pronto se nos ofrece la oportunidad y el ambiente perfecto para nuestro descanso en un abrigo en la pared noroeste, sobre la laguna negra, con el sol  de frente. No sabría decir que es lo mejor de nuestros almuerzos, la compañía y la conversación, las risas, el paisaje, la bota y el café….supongo que cada uno tenemos nuestra propia  opinión pero hoy esas lagunas  a nuestros pies son un lujo.

Reiniciamos el descenso y los oscuros y frondosos  pinos negros aparecen porque son las coníferas mas duras capaces de soportar los inviernos serranos a estas alturas, la pradera alpina se llena de brezo y entre la vegetación a mano derecha en una zona pendiente y morrénica aparece una laguna que brilla con los rallos del sol.

El descenso se va haciendo mas pronunciado y nos encontramos con un grupo de senderistas que llevan el camino contrario y los compadecemos al pensar en lo que les queda por subir. Entramos en pleno pinar, los pinos ahora son majestuosos, estamos en su hábitat idóneo y pasamos a caminar por una avenida típica de los pinares, por un cortafuegos. Si paramos para descansar un poco las rodillas que van crujiendo  y miramos hacia atrás nos alegramos mucho mas de seguir esta dirección y no la contraria .¡Vaya pendiente! Nuestros serpas son los mejores, no tenemos ninguna duda.

Dejamos el cortafuegos para a mano derecha entrar de nuevo en la fronda pero como hemos descendido bastante y hay agua próxima, las hayas hacen acto de presencia también, pero de una forma modesta  porque  no pueden competir con el pino.

El pinar se empina, caminamos por un estrecho sendero en la ladera hasta tropezar con tres fantásticos tejos, de hecho caminamos por la” senda de los tejos”.

Los tejos(Taxus) son coníferas también que se dan de forma aislada en los bosques y que son muy longevos, símbolo de inmortalidad para los celtas y típico de las plazas de los pueblos donde se celebraba el” concejo”.Hoy podemos ver sus bayas ( tienen forma de arillo) rojas y venenosas y efectivamente parecen los viejos y sabios árboles del bosque.

La siguiente parada es en una  húmeda pradera oculta en el pinar y aquí se encuentra la “Cueva de los Potros” .Una leyenda nos cuenta la historia del cura Merino escondido por estos  montes  mientras luchaba como guerrillero contra los Franceses.

Entramos en la cueva y desde su interior nos impresiona ver la entrada, dónde dos rocas con poca superficie de contacto entre ellas forman la parte superior de la entrada y la sensación que se tiene es de que “ahora mismo caen las dos rocas y nos quedamos encerrados en la cueva”. Afortunadamente los vecinos  de Covaleda que  calzaron  la piedra andadera se llegaron a equilibrar estas rocas también así que no hay peligro de desprendimiento.

La última  y mas inferior de las lagunas de Neila  es la de” La Cascada”,  hoy  la vemos sin ella pero en esta mañana soleada otoñal el lago está precioso. Un  anfiteatro natural esculpido por el hielo hace miles de años la rodea, el agua quieta y estancada está reverdecida por gran cantidad de plantas acuáticas, se respira calma y sosiego a pesar de que encontramos  muy buen ambiente a su alrededor con familias disfrutando de este día tan estupendo. A la vera del lago un gran refugio con un  tejado de pizarra en pendiente, tiene fuego en el hogar.

Un tramo de pista cómoda entre pinos y hayas es nuestro siguiente camino que pronto abandonamos para de nuevo bosque a través acometer una gran cuesta  hasta llegar a los coches. Si en las bajadas sufren las rodillas en las subidas se acelera  el corazón y la respiración, tenemos que parar de vez en cuando, pero nuestros descansos no son en vano  porque en el primero de ellos  disfrutamos de una preciosa pradera toda salpicada de flores moradas (quitameriendas) y  en los siguientes vamos viendo tremendos pinos padre  con unos troncos y ramas descomunales y raíces que salen de la tierra como explotando el suelo. También encontramos en el pinar grandísimas rocas.

Finaliza nuestra ruta en el aparcamiento nuevamente que ahora está lleno de gente y coches, motoristas, ciclistas… Nosotros nos vamos rápidamente porque queremos parar   a ver el nacimiento del Arlanza.

Una sorpresa y buen susto nos espera en el paraje de “Fuente Sanza”, zona de recreo cercana a Quintanar de la Sierra.

Una pradera  vallada, muy extensa con un refugio, similar al de la laguna de la cascada, donde se celebra una fiesta infantil  y un rebaño de vacas que se encuentra pastando también en la misma zona, pero falta uno de sus miembros, un joven  toro rojo  sin cuerna con el que nos topamos de frente nada mas pasar un pequeño puente de madera sobre el nacimiento del río.

No nos gusta  como nos mira y se le ve inquieto pero después de un rato yendo y viniendo, se esfuma,  por  lo que nos quedamos todos muy tranquilos.

Al poco de desaparecer aparece de nuevo corriendo hacia nosotros con no buenas intenciones, supongo, porque yo no lo vi. Nos pilló despistados y desprevenidos dándonos  un gran susto, dos personas  fuimos al agua porque estábamos al lado del río y era nuestra escapatoria y otra compañera se calló sufriendo una herida al intentar huir también.

No nos golpeó a nadie y según llegó se largó de nuevo porque al mirar hacia atrás ya no estaba el animal. Esta es mi versión pero seguramente cada uno de nosotros tenemos  nuestra vivencia y experiencia  de esos pocos terroríficos segundos. Es la primera vez que nos ocurre un accidente en el grupo y esperamos que sea la última.

Mojados y lesionados volvemos  a nuestros hogares, un rato de descanso y relajación hoy nos es imprescindible ya que a la cansera habitual de la ruta añadimos el sobresalto taurino. Hoy no nos tomamos la cervecita, algunos no llevábamos pinta para entrar en un bar.

 

Emi

 

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Posted by: soriapasoapaso on