Recogida del Belén (12 enero de 2019)

 

Son las 8.07 del 12 de enero de 2019. En el wasap del Soria paso a paso llega el mensaje de Miguel nuestro más joven compañero “Buenos días compañeros. Que tengáis una buena ruta.

Anteriormente, tres compañeras nos avisan de que no irán a caminar con el grupo. (no es el caso de Miguel que no saldrá con nosotros por obligaciones contraídas con anterioridad). El hecho de su ausencia es motivo de comentario entre algunos de nosotros porque suponemos que la causa es la baja temperatura que ha sido anunciada para el día de hoy. Nada más lejos de la realidad. Nos ha hecho una mañana estupenda, con un sol radiante, sin el molesto aire que hace empeorar la sensación térmica cuando los grados rondan el cero. No obstante, lo anunciado constituye la motivación suficiente para que los 30 participantes vayamos bien preparados para que la temperatura no sea un obstáculo para disfrutar de nuestra subida al Pico Frentes para recoger el Belén que el grupo dejó en el lugar de costumbre el pasado 22 de diciembre.

En el lugar de costumbre, frente al Centro Gaya Nuño, nos distribuimos en nuestros coches para acceder desde el punto que vamos a iniciar nuestra andadura que según la programación de nuestros guías será de aproximadamente 15 km, junto al paraje de la cascada de la Toba.

La ruta propuesta por José Antonio, nuestro presidente, nos ha llevado en su primer trecho hasta la base de la Peña de La Cruz y, más en concreto, de una antigua cantera: “La Maceda”.

Subiendo al abrigo de la cueva del Pachón (hemos recorrido 5 km aproximadamente) un grupo de corzos nos detiene el paso, no tanto por interrumpir su natural recorrido por los escapados de la montaña en su particular formato de azagón; formato que siguen ovejas y cabras, por sus difíciles sendas (azagadores) que, en multitud de ocasiones nos sirven a los senderistas para acceder a las cimas de las sierras y montañas, sino por nuestra afición a observar los movimientos de los animales que en nuestro caminar nos vamos encontrando tanto en el suelo como en el aire.

En el grupo participan compañeros a los que no he conocido con anterioridad, pero espero y deseo que, con el tiempo la relación de amistad con ellos llegue al mismo grado del que gozamos los que ya llevamos bastante tiempo en el grupo. Este comentario no perjudica el que pueda decir que he observado una buena integración dentro de la circunstancia que comento.

Una hilera de 30 senderistas del Soria paso a paso es una realidad en cierto modo triunfal para los que iniciamos el grupo y para los que ahora lo dirigen y se siente en todos los compañeros un sentimiento de satisfacción.

A nuestra izquierda dejamos el nacimiento de lo que será el río Mazos en época de lluvia, que brilla por ausencia en esta temporada, así como los llamados Manantial de la Toba y de Fuente Marco.

Ausencia de agua y ausencia de algunos compañeros habituales en las rutas de nuestro grupo van a ser motivo de algunos comentarios entre los participantes.

Cruzamos Cerrada Larga, Los Cordeles y Las Tres Mojoneras camino de la Majada del Cura o la cueva de La majada del Cura, cerrada al público por una puerta de hierro. Vicente se deja fotografiar en la puerta de la cueva. Km 9,800 de nuestro recorrido.

Leo buscando información sobre el suelo que vamos pisando: Nos encontramos ligeramente por encima de 1200 m. en un lugar con precipitaciones relativamente abundantes, aunque mal distribuidas y con suelos esqueléticos desarrollados sobre rocas karstificadas (Producida por la acción erosiva o disolvente del agua), que van a actuar como sumideros de las precipitaciones.

Por lo tanto, solo puede desarrollarse un bosque adaptado a esta escasa disponibilidad de agua.

En las proximidades de las TORCAS a visitar hay algunas encinas de porte redondeado donde (en el interior de sus copas) abundan los líquenes. Ello indica que la humedad atmosférica es más elevada que en los encinares típicos que se desarrollan en lugares con menor pluviosidad

.

Y por ese bosque de encinas hemos pasado muy atentos a no perder de vista a nuestros compañeros que nos antecedían. Bosque que parece sacado de un cuento por lo de su apariencia de encantado.

Llegando a la majada de Los Pastores o Cueva del Pueblo hemos aprovechado la solera que nos ofrecía el espacio para almorzar. Un almuerzo no tan importante por las viandas que llevamos en nuestras mochilas como por poder compartir las nuestras con los compañeros.

De ahí al vértice geodésico de la sierra un pequeñito paseo. La construcción geodésica nos sirve como elemento identificativo de la fotografía de grupo. A nuestros ojos se ofrece, una vez más, la pequeña cuenca del Duero desde el pantano de la Cuerda del Pozo hasta Soria.

A pocos metros hacia el Este, a los pies de la encina que allí se levanta, permanece nuestro pequeño Belén, objeto de nuestra visita al lugar. Satisfacción evidente en nosotros que se transforma en jocosas risas cuando nuestro compañero Julián nos ofrece un pequeño concierto con una obra de su haber particular acompañado de otros tres compañeros que se ofrecen para acompañar con los insonoros instrumentos la voz de nuestro momentáneo tenor.

Nos acercamos al borde de la cresta más cercana al oriente para desde allí observar al fondo la sierra del Moncayo y sus estribaciones.

Llegados al lugar donde tenemos aparcados los coches tras pasar por el otrora convento benedictino del siglo XI.

Nuestra jornada termina en una comida de hermandad en el vecino barrio de Las Casas teniendo como justificación cerrar el tiempo de Navidad o que también podríamos denominar como inicio de un nuevo año senderista.

En los rostros se lee la satisfacción y la alegría del camino realizado en los 4 años de existencia de nuestro grupo.

Luis