De Soria a los Rábanos por los miradores del Duero (22-09-2018).
Iniciamos la temporada senderista, tras el periodo estival, con esta ruta que ya algunos miembros del Club conocemos y que no por ello deja de sorprendernos; su mezcla entre cortados, vegetación, animales, río que parece sumergirnos en parajes recónditos separados de la actividad cotidiana y todo ello tan cerca de la capital.
Comenzamos la ruta puntualmente en el aparcamiento cercano a la Depuradora y más adelante nos espera Luis, como ya nos había comunicado, la mañana limpia y soleada nos recibe augurando un día soleado y en algún momento caluroso para esta época y actividad.
Tenemos que celebrar la recuperación de Alberto y Vicente, que nos han acompañado dando muestra de su buen estado físico y anímico, haciéndonos participes de sus conocimientos ¡que no son pocos! También contamos con las últimas incorporaciones al Club (Nati, María Jesús y Ricardo) y que ya habían compartido senderos con nosotros en otras ocasiones, ¡¡¡¡Bienvenidos!!!!
Ángel nos explica al inicio de la ruta sus particularidades y nos da cuenta de los repechos y su dificultad de agarre por piedrecillas sueltas que hacen extremar las precauciones dotándose de bastones y calzado adecuado, nos explica que la llaman “rompe-piernas” por las sucesivas y pronunciadas subidas y bajadas. Vicente resume con la necesidad de “buenas ruedas y apoyos necesarios.”
Tras iniciar la marcha nos encontramos un par de corzos que se acercan a la zona de las huertas muy cerca de la ciudad y al sentirse observados se adentran en el bosque, seguimos hacia el viaducto donde se incorpora Luis y tras cruzar el río Golmayo vamos ganando altura, empezamos a divisar acantilados, rocas, la ciudad y los primeros repechos, metiéndonos en el bosque de robles y encinas.
Destacar los líquenes que se agarran a los árboles y que Alberto nos indica que dan fe de la pureza de aire, ya que cualquier contaminación les afecta y no crecen, observamos como tras pasar Valondo, la vegetación cambia, y Alberto nos explica cómo las condiciones climáticas de esta zona varían creando un bosque distinto.
Pronto vemos los inmensos farallones, la cueva sequilla que Vicente suele visitar, que nos ha enseñado y donde varios compañeros organizaron un placentero almuerzo.
La cueva del asno, y otros parajes se van sucediendo durante el trascurso de la mañana y Vicente se encarga de explicarnos los entresijos de los parajes, casas, etc. Por su parte Alberto nos enseña donde se retoza y rasca el jabalí, y los buitres que habitan estos acantilados se encuentran formando un circulo en el cielo, disfrutando de alguna corriente de aire o acechando alguna pieza para el almuerzo.
Almorzamos en el mirador sobre el acantilado disfrutando de sus vistas, bocadillos, un melón fresco que Luis ha traído cortado, una pila de vasos con café con leche caliente que José Mari ha desplegado en la barandilla del mirador y como Agnelo no ha venido, su clásica tortilla es motivo de conversación.
Vamos acabando los repechos y Ángel siempre pendiente de los participantes nos dirige con cuidado y maestría y nos indica que podemos pasar por zonas mas abruptas y exigentes pero con mejores vistas por un atajo más llano que aprovechan los más rezagados, dirigidos por él, para quitar un poco de presión a la marcha y adelantar posiciones.
Continuamos ruta hasta los Rábanos por el pantano, pasando por su mirador, subiendo al pueblo pasamos por las huertas donde algunos vecinos se encuentran recogiendo patatas y otros productos de la huerta, ya el sol empieza a resultar pesado.
Ricardo y María Jesús han llevado un coche a los Rábanos, para poder acortar un poco la ruta en caso de necesidad, situación que varios compañeros celebran y utilizan para poder atender necesidades del trabajo, familiares o porque consideran que “ya vale por hoy” acercando a Vicente a por su coche quien se encarga del resto de los compañeros que no caben en el primer coche.
Continuando el resto por el camino que pasando por Maltoso nos acerca al punto de salida, pasando por las huertas que Esther conoce y nos explica, propietarios, usos, manantial y el excedente que riega huertas donde la familia de su marido dispone de huertas que nos enseña, aunque no podemos recrearnos en ellas ya que la hora se nos echa encima.
El calor se hace más pesado y ya nos acercamos a los coches para desplazarnos al vermut en la zona de los Pajaritos donde damos cuenta con avidez de nuestros refrigerios a los que se une Gema, que no ha podido acompañarnos hoy. Nos retiramos contentos por compartir la mañana con nuestros compañeros y visitar este magnífico paisaje.
José Antonio Martínez
Septiembre 2018
Bien, José Antonio.Sabes tratar con mimo y delicadeza tanto el lenguaje como la gramática.
Muy bonito J.A.! Ya te dije hace tiempo q escribes de maravilla.
Besos.
Gracias Jose A. Una magnifica descripcion con buenas fuentes de informacion que son Vicente y Alberto. Pienso como Gema pero ya tienes bastante trabajo asi que Gracias dobles.
Muchas gracias a todos
Un relato excelente.Gracias por la bienvenida!!
Leyendo tan excelente relato me viene a la memoria el recorrido desde la salida hasta la llegada, otra manera de volverlo a disfrutar, da gusto hacer estos recorridos con tan buena compañía.