DESDE EL PICO FRENTES. 21 /12/ 24 y 11/1 /25.
El Pico Frentes forma parte del emblema de Soria Paso a Paso, es el lugar donde acabamos el periodo senderista celebrando la Navidad y donde damos la bienvenida al nuevo año recogiendo el Belén, además es el monte donde nos hemos encontrado botellas de champán o bombones y sobre todo es la cumbre que nos acerca al compañero que siempre llevamos en el corazón. Así pues, el grupo tiene muchos motivos para que al llegar diciembre este deseando subir de nuevo a cumplir la tradición de poner el Belén y de celebrar la navidad todos juntos.
La mañana del 21 de diciembre de 2024 amanece luminosa y gélida pero los senderistas con gran ánimo, todos ataviados con vistosos colores rojos y verdes brillantes, con gorros, pinos navideños y cuernos en nuestras cabezas nos lanzamos directamente a pisar el campo escarchado, a la vez que el sol va apareciendo sobre las cumbres y va haciendo que el rocío congelado se llene de pequeños colores y brillos.
Del campo pasamos al camino de tierra, también dura y congelada hasta llegar al llamado “de la majada del cura”, pasando por la fuente romana que no mana.
El alto de la Cerrada es siempre nuestra primera parada para mirar hacia Soria descubriéndola sumergida en brumas y nieblas. Tras este primer repecho debemos superar otro desnivel al que ya estamos acostumbrados, quizá nos molesta más el pedregal calizo que nos obliga a caminar con sumo cuidado.
La segunda parada es en una parte de la Sierra Llana, justo encima de Ocenilla donde nos acercamos al precipicio para ahora pasar revista a la provincia de norte a Sur: las montañas tienen un poco de nieve y como vamos cumbreando en línea recta al borde de la sierra como si fuera un balcón, vamos dejando atrás Urbión, el Pantano, Cidones y Ocenilla para ver desde Pedrajas hasta la zona de Hinojosa de la Sierra; llegamos a Toledillo y por fin vemos Valonsadero y Soria porque ya estamos a la cima geodésica donde otra parada es obligada y la fotografía navideña también.
Como ya conocemos el balcón favorito de los buitres para tomar el sol, nos acercamos despacio y sin ruido al precipicio para poder observarlos antes de bajar al cobijo entre rocas donde hemos establecido nuestro pequeño santuario particular junto a una gran encina.
El champán y la sidra sustituyen hoy a nuestra bota y tenemos postre navideño con dulces de muchas clases. Mientras se pone el Belén el ambiente de alegría va aumentando y los villancicos van apareciendo hasta hacer un gran coro con pandereta y turuta incluidas; cantamos siguiendo a Alicia que es nuestra experta cantora y que además nos ofrece un solo precioso como despedida.
El descenso nos lo tomamos con tranquilidad, parece que fuéramos por El Collado viendo escaparates, porque, aunque nuestros sherpas nos lo ponen fácil hay que ir con cuidado en determinadas zonas.
Bajamos por la falda meridional cayendo sobre la Monjía; solo nos resta visitar el acuífero donde damos la ruta por finalizada que no la jornada, ésta no acaba hasta que nos tomamos nuestro vermut que hoy se celebra en el bar de la Piscina del pueblo con choricillo de pueblo hecho por Enedina.
Si se hace un repaso del año senderista hay que reconocer que ha habido gran variedad de rutas para todos los gustos y exigencias, las ha habido sencillas y por los alrededores cercanos al Duero o por los cerros que lo rodean; se ha visitado cuevas, muelas, cañones y calderas; se han visto cascadas y fuentes, nacimientos de ríos, picos y lagunas. Nos hemos escapado de Soria hacia Cuenca y los Pirineos o Logroño y hemos hecho ruta por ciudad también. Nos ha quedado pendiente pillar con agua el Salto del Nervión y subir al Ibon de Panticosa.
El 11 de enero de 2025, emprendemos camino de nuevo hacia la cima del Pico Frentes, porque para tener un buen comienzo de año lo primero que hacemos es subir a recoger el Belén. En esta ocasión la mañana es más templada y húmeda y un gran número de participantes se ha unido a la ruta hasta el punto de que los walkies son necesarios para mejorar la comunicación y controlar la gran fila. Esta vez, cuando nuestras botas pisan el campo se llenan de barro y saltamos charcos ya que durante la noche ha llovido bastante, aun así, la fuente Romana sigue sin manar agua y desde el alto de la Cerrada, Soria aparece bajo un gran cielo azul. En el alto de la sierra la poca nieve que se distinguía en las grandes montañas sorianas hace unos días ha desaparecido por completo, incluso parece que las cumbres reverdecen ya. La fauna está muy activa, un corzo joven corre rápidamente al vernos y los buitres hacen un gran escuadrón aéreo sobre nuestras cabezas acompañándonos hasta el vértice de la sierra desde donde quedamos asombrados al ver un gran arcoíris que parte de las montañas y se pierde dentro de los nubarrones. Se desprenden de la tierra diferentes aromas siendo el del tomillo el que más distinguimos y aparecen muchas lombrices porque según dice Pilar, que es una gran observadora de la naturaleza, se nota que la lluvia ha limpiado e hidratado toda la vegetación dando lozanía y frescura a la espesura y al arbolado.
Compartimos un poco de conversación con otros senderistas en nuestro rincón preferido donde tomamos el bocata sintiendo el calor del sol en nuestros rostros y bajamos siguiendo los pasos del primer día, despidiéndonos por ahora del monte emblemático y haciendo la última visita a la cascada que, aunque con poca agua siempre resulta atractiva con su transparente agua y el musgo allí donde hubo cascada.
Nuestro punto de interés hoy va más allá del senderismo ya que celebramos nuestra comida anual a la que se unen compañeras muy especiales que hoy no pueden caminar con el grupo, también echamos de menos a las personas que no han podido venir a la celebración. Comemos en buena armonía charlando y conociéndonos unos a otros con más detalle. Pero aquí tampoco acaba la jornada, se le daría fin en EL HUECO.
Vamos a por el 2025, con el ánimo y la energía que nos da el caminar cada sábado con Soria Paso a Paso.
Emi