Paseando por la Sierra Pela: Somolinos, Valvenedizo y Retortillo 23 11 2024
El trazado de la ruta de hoy es una línea recta entre el municipio Guadalajareño de Somolinos al Soriano de Valvenedizo aunque haremos curva desde aquí para llegarnos a conocer en profundidad” Retortillo” gracias a nuestro compañero Jose Luis.
La niebla escupe finas gotas de agua cuando bajamos de autobús a la entrada del pueblo de Somolinos cuyo nombre tiene mucho que ver con una de las actividades de las que antaño le dio vida, ya que llegó a tener 7 molinos y central hidroeléctrica, sin embargo, su censo hoy es de 27 habitantes y no llegamos a saludar a ninguno al recorrer sus calles, pero si podemos observar la arquitectura exterior de su Iglesia dedicada a la Purísima Concepción
y un caserón reformado con aspecto de ser un lugar de alojamiento turístico que fue una antigua fábrica de papel y data de 1550. El caserón nos sirve de referencia para adentrarnos en senderos entre abundante vegetación esquelética ya por la proximidad del invierno que nos lleva a una de las sorpresas de esta zona que es” La Laguna de Somolinos
“de origen kárstico y que es un remanso del río Manadero, afluente del Bornova. Es un acuífero fundamental con gran riqueza vegetal y animal que intentamos observar sobre sus carrizales, descubriendo un agua transparente como un gran espejo que refleja todo lo que le rodea; es monumento natural desde el 2002.
Seguimos nuestro camino mientras el clima va mejorando, viendo algún pequeño salto de agua y un merendero hecho con pizarras junto a su fuente.
Seguimos encontrando otras fuentes como la de “Las Canalejas “que ya es precursora del” Manadero
“por donde “mana “dicho río, siendo también un rincón agradable y cuidado para disfrutar mientras se descansa un poco, antes de empezar a subir hacia la sierra en busca del alto del Portillo.
Las formaciones rocosas calizas de la parte sur de la sierra ya nos ofrecen formas extrañas que nos hacen imaginar a qué se asemejan cuando comenzamos la primera parte del ascenso encajonados entre roquedos y peñascos entre los que se cruzan múltiples arroyos a nuestro paso,
hasta salir a la intemperie para empezar a sentir un fuerte vendaval que ya nos va a acompañar hasta coronar la montaña.
Las crestas de Portillo están pobladas por molinos eólicos que van del norte hacia el sur y desde sus 1542 m las vistas son asombrosas hacia todas las vertientes:
Las tierras Sorianas al norte, el Alto Rey hacia el sur y el Ocejón, además de una gran planicie de tintes rojizos donde se asientan varios pueblos. Poco tiempo nos podemos entretener junto al punto geodésico por la gran ventolera y nos tenemos que refugiar en una vaguada hacia media ladera, donde aprovechamos y tomamos nuestro tentempié cerca de formaciones rocosas impresionantes en forma de agujas.
Nuestro siguiente objetivo es alcanzar la llanura rojiza donde se alojan Valvenedizo y Castro, así que emprendemos una pronunciada bajada hasta coger la parte baja de la falda de la montaña y seguir caminando por ella adivinando el sendero. Atravesamos raudos la llanura viendo a lo lejos roquedos de arenisca rojiza que predomina sobre el verde apagado de la estepa y Tiermes llega a nuestros recuerdos y a nuestra conversación.
Pasamos de largo por el complejo de majadas de Peravieja y tras atravesar campos de cultivo baldíos llegamos junto a la austera y sencilla ermita de la Soledad de Valvenedizo con tintes románicos al lado de un pequeño cementerio.
El bus nos espera en este punto para llevarnos hasta Retortillo donde al cobijo de su frontón tomamos nuestro segundo bocata porque vamos a visitar los lugares más destacados del pueblo guiados por nuestro compañero Jose Luis.
Comenzamos pasando por el arco del Oriente, para entrar en una plazoleta donde entre otros edificios como la escuela, destaca la Iglesia parroquial de San Pedro: Jose Luis nos cuenta que la parte final del campanario queda un poco extraña por la reconstrucción moderna y que no gusta mucho a los vecinos de Retortillo.
El edificio es gótico, con planta de salón y tres naves, cabecera ochavada y coro, corresponde aproximadamente al siglo XV. De talla similar a la colegiata de Berlanga, fue finalizada apresuradamente por la falta de subvención económica y en su interior alberga un retablo de madera tallada sin policromar de estilo barroco con tres calles separadas por elegantes columnas salomónicas, con una imagen central del Cristo crucificado.
Al pie del altar vemos otras obras de magnífica calidad y significación para el Pueblo como la talla románica de la Virgen del Prado y las reliquias de Santa Ursula y compañeras mártires, llevadas a Retortillo por Luis de Peñaranda en época de Felipe II. José Luis nos cuenta todos estos detalles permitiéndonos además subir al coro donde todos vamos pasando a ver de cerca un viejo órgano con sus tubos y un gran fuelle gracias al que funcionaba.
La plaza es muy amplia y empinada por lo que los bailarines al son de la orquesta acaban en la parte baja al final del baile y está rodeada de soportales y tiene casas blasonadas que son señal de la envergadura que tuvo esta localidad; nos perdemos un buen rato en dos grupos recorriendo sus calles solitarias y convergemos todos en la parte más famosa y fotografiada del pueblo
que es el lugar idóneo para que salga el trípode para inmortalizar al grupo entre los dos enormes torreones cilíndricos que enmarcan la puerta del oeste o Arco de Sollera.
Emi