DESDE MONTESINOS (15 de junio de 2024)
Si comenzamos narrando que nuestra caminata se inicia con una pronunciada subida por un arrastradero de madera entre rectos y altísimos albares no hay ninguna duda de que seguimos recorriendo la tierra de los pinares sorianos. En esta cálida mañana, con el verano próximo, el punto de encuentro es el Quintanarejo (1.233m), pedanía de Vinuesa rodeada por la Sierra del Portillo de Pinochos por lo que una vez aquí ya estamos inmersos directamente en pleno monte, primero conduciendo por pista forestal y enseguida caminando por un suelo abrupto con broza y ramajes, propio de esta zona por la explotación forestal.
La subida es intensa, a unos nos gusta el esfuerzo a principio de la ruta y a otros le sienta mal este sacrificio a primera hora por lo que cada uno nos las componemos como podemos para poco a poco coronar la montaña y ahora sí, disfrutar de llanas praderas verdes llenas de ramajes secos que parecen restos de las cortas, respirando hondo el aire fresco y puro montañero por una zona donde encontramos varios mojones e hitos alguno de ellos de gran tamaño.
Llegamos a un gran circo que nos recuerda que estamos en un territorio con relieves de origen glaciar y que hoy lo observamos con un verdadero mosaico de frondosas tapizando sus laderas, destacando el color morado del brezo entre la fronda verde cerrada de las coníferas; en otra de las vertientes de la gran hoya un caos de rocas fruto del derrumbamiento dan paso a los pinares que tapizan el valle del Río Razón y en la hondonada hay turberas y prados húmedos con restos todavía de lagunas que van desapareciendo según se avanza hacia la estación seca . Paramos a disfrutar de este momento y de esta asombrosa visión que nos lleva desde el fondo del barranco hasta las lejanas montañas. El contorno redondeado del circo nos va a servir de guía en el ascenso por lo que tenemos la suerte de disfrutar de las vistas durante un buen rato. Los pinos ya han perdido su altura y su majestuosidad por estas latitudes. Si rotamos sobre nuestros pies y miramos hacia el sur, vemos el pantano de la Cuerda del Pozo en toda su extensión y Vinuesa metida en su valle.
La silueta del pico del castillo de Vinuesa aparece a lo lejos(2.083m) y se comenta en el grupo que el nombre de este pico da pie a pensar que se van a encontrar las ruinas de un castillo y echando a volar nuestra imaginación, visto desde orientación este, encontramos similitud con la forma de una fortaleza ya que se ve una esbelta montaña sobre la que cabalgan dos conglomerados que se asemejan a un par de torres desde donde pronto vamos a darnos el gusto de gritar a los cuatro vientos; al llegar a su base encontramos un corral hecho de piedras sueltas y todos estamos de acuerdo en que se trata de las caballerizas del castillo. Con una fácil trepada asaltamos las torres del Pico del Castillo de Vinuesa: la primera es un capricho natural pétreo que tiene una base suficiente para albergarnos a casi todos y desde donde atisbamos toda la provincia desde Urbión y sus alturas cercanas que se funden con la provincia de Burgos hasta cebollera en su parte riojana , los hoyos de Iregua en las profundidades ,al sur la sierra de Cabrejas y al este las comarcas del Valle, la vega del Cintora y Soria, pasando por el pantano y Vinuesa. Nos encontramos en el extremo más occidental de la Sierra de Cebollera. Conquistamos ahora la segunda torre siguiendo a nuestro sherpa como siempre y motivados también por el entusiasmo de Chus que es la primera que trepa entre las últimas rocas para poner en el buzón montañero el corazón azul pasopasero para después llegar al piolet triunfante y orgullosa; pasamos un buen rato en esta cumbre admirando la grandiosidad de nuestro planeta, estando exactamente sentados debajo del cielo. Nos sentimos emocionados y tan pequeños como el diminuto belén metido en una cáscara de nuez que encontramos en el buzón montañero y que es devuelto a su guarida de nuevo.
Mas de 50 minutos hemos empleado en todas estas hazañas(se queja nuestro sherpa) por lo que bajamos raudos de nuevo a la pradera, decidiéndose que ha llegado el momento del almuerzo y aunque un fino aire fresquito y montañero nos envuelve ,es una delicia tomar nuestro bocata viendo varios ejemplares de un tipo de pino escaso y especial con gran valor ecológico que solo se da por esta zona y por lo Pirineos que es “el pino negro o Uncinata” que crecen sobre los 1900m y tienen unas características especiales para aguantar la dura climatología de altura, su morfología es más cónica y sus acículas más cortas y más oscuras que las del reto de especies de pinos.
Nos vamos en busca del tesoro natural escondido de este paraje que es la laguna verde(1845m) y para ello nos dirigimos hacia el oeste rodeando la montaña del Pico del Castillo. Pasamos por la parte superior del circo por cuya ladera hemos subido, admiramos el paisaje de nuevo y nos despedimos de los últimos uncinatas que también habitan esta ladera de castillo para irnos adentrando en un bosque denso y diferente con grandes pinos albares y suelo blando y lleno de jumas y piñas; vamos descendiendo y encontramos praderas llenas de flores y violetas, grandes hormigueros de hormiga roja y mas de un abuelo del bosque de dimensiones asombrosas o plateados en su base por estar colonizados de líquenes; los helechos están muy altos y el brezo blanco está en plena floración lo que hace que el bosque tenga un olor muy agradable mientras caminamos. El brezo y los pinos que también están en plena floración sueltan mucho polen que enturbia hoy un poco la superficie transparente de la laguna. Unos se sientan junto a la orilla a contemplarla, otros la van rodeando para no perder detalle de su flora y de su fauna, de lo que se distingue dentro de ella que son algas, de las plantas acuáticas que la rodean y de la a atmosfera de paz y quietud que la envuelve, con rocas y pinos centenarios, es un lago muy especial y completamente natural donde el hombre no ha intervenido todavía.
Seguimos ruta caminando por el bosque dirección Santa Inés para virar totalmente en un punto del monte y seguir hacia abajo en busca de la pista de Montesinos. Nos encontramos con gente que va buscando la laguna y llegamos a un riachuelo que es desagüe de este acuífero y que sirve de pista para encontrarla. Las pinadas jóvenes ya cerca de la pista han sido tratadas con la técnica del clareo para dejar mas espacio entre los jóvenes pinochos y que crezcan fuertes los que quedan.
El sol calienta sobre nuestras cabezas y pasa ya el mediodía cuando caminamos por la pista que nos lleva hasta el refugio y la torre de vigilancia de incendios de Montesinos pero solo la vemos a lo lejos sobre el Pico Poyales que se desprende hacia el sur del cordal del portillo de pinochos y desde donde se puede ver los profundos pinares del valle del Revinuesa. En estos momentos ya estamos saturados de pinos y naturaleza y nos apetece algo más trivial como una fresca cerveza que nos tomamos “a la sombra de los pinos” del Camping El Cobijo de Vinuesa, repasando las fotos y las vivencias de la ruta.
Emi
Da gusto leer la explicación de cada detalle de paisajes, colores, olores..de los parajes recorridos en la ruta.
Fijate, que por la admiración y el entusiasmo que transmites, cualquiera pensaría hasta que fueses de la zona!! ….
Muchas gracias Emi!