SAN ANDRÉS DE SORIA 30 Noviembre 2019

 

Como todos los sábados por la mañana los de Soria Paso a Paso madrugamos y salimos ilusionados a disfrutar de nuestra ruta semanal. Esta mañana el  cielo se encuentra  gris y llovizna de forma suave y continua, pero no  nos desanimamos, ni desistimos de nuestro empeño de pasear, somos optimistas y  esperamos que amaine y  como la temperatura es muy buena nos ponemos en camino hacia San Andrés de Soria,

Llegamos a este pueblo serrano y ganadero fundamentalmente que pertenece a Almarza y que  se encuentra en las estribaciones de la Sierra de Tabanera cuya silueta  hoy no podeos distinguir porque las nubes están muy bajas y envuelven todo el paisaje.

La lluvia arrecia a nuestra llegada al pueblo y tenemos que sacar todo el equipamiento protector.

Dos perrillos del pueblo se acercan al grupo y uno de ellos hará la ruta entera con nosotros.

Comenzamos a caminar por la gran dehesa boyal (comunal) donde el vecindario de los pueblos puede soltar su ganado a pastar y que en tiempos fue objeto de conflicto entre los pueblos de S. Andrés y Almarza. La disputa se zanjó con un acuerdo  según el cual cada año una de las localidades custodia el ARCA con los documentos y ordenanzas sobre los pastos  y la llave de la misma y ambos lugares comparten los pastos. Se la traspasan el día de Reyes, haciendo una gran fiesta.

Vemos un par de instalaciones ganaderas y una ermita en el centro de la campiña, aún se encuentran setas entre la húmeda hierba. Mas adelante ya encontramos cercados con el ganado dentro, vacas, toros, burros y caballos, además de ganado lanar en abundancia. Tras pasar por un paso canadiense cogemos una senda embarrada y a ambos flancos van apareciendo los árboles que hoy van a acompañar nuestra marcha: Los robles.

Junto a los robles están plantadas viejas cruces de madera con líquenes  que de vez en cuando se agrupan en tres juntas, parece que seguimos un vía crucis que nos lleva a un lugar santo.

 

El final es la ermita de Santos Nuevos que hoy  es compartida también  por los dos pueblos y que en tiempos fue también objeto de disputa en la comarca, otro conflicto zanjado compartiendo el lugar sagrado y celebrando una romería todos los años a principios de Julio. Es un edifico  del S XVI , que se asemeja a  una  antigua casa serrana  con un arco de entrada y una espadaña. En ella se venera a la Virgen de las Angustias. El interior no lo podemos ver pero sus alrededores son dignos de admirar porque los robles que aquí se encuentran son grandiosos, extienden sus inmensas ramas a modo brazos de candelabros de las que surgen unas copas supergrandes que hoy se están deshojando pero nos podemos imaginar que en Julio cuando  se venga aquí a festejar la romería, la gente va a estar muy fresquita bajo estos mastodónticos ejemplares cuyos troncos y ramas están semicubiertos de musgo.

Aunque solo hemos andado 4.5 km. se decide almorzar porque lo mas probable es que este lugar sea el mas acogedor que encontremos. Un murete pegado a la ermita encierra mesas y árboles y aquí, como podemos, tomamos nuestros bocatas y nuestro café. No nos podemos sentar porque todo está mojado pero por lo menos ahora no llueve y tendemos  los chubasqueros para que se aireen.

 

La foto grupal se hace debajo de uno de estos espectaculares robles cuya copa cubre  a todo el grupo perfectamente.

Nos vamos de Santos Nuevos, cubiertos nuevamente de gorros y chubasqueros y ahora hay que atravesar una zona en la que no hay camino definido por lo que nuestros serpas dan alguna vuelta buscando el paso adecuado.

Transitamos  por un  robledal con un espeso sotobosque algo molesto para caminar pero por aquí  nos llueven hojas de roble que se acumulan en  el suelo, pisamos la alfombra marrón o el tapiz verde que el musgo forma sobre rocas y troncos, es el típico bosque de cuento que tanto nos gusta encontrar.

Pegadito al roble aparece el acebo como haciendo simbiosis. Existe una vieja leyenda Celta que cuenta que  Roble y Acebo son hermanos gemelos, ambos dos, Reyes y viejos enemigos, aunque a pesar de su enemistad no están completos el uno sin el otro. En cada solsticio ambos luchan venciéndose mutuamente. Ahora en invierno vencerá el Rey Acebo mostrando sus hojas verdes y sus bayas rojas  en la mitad oscura y fría del año. El Rey Roble ganará la lucha en la llegada del verano cuando renazca y muestre todo su esplendor.

Cambiamos de escenario, hemos subido por un bosque de cuento para culminar en una pradera de montaña  desde la que vemos que el cielo  es cada vez mas gris y parece que ha descendido  hasta media sierra  en la que solo distinguimos una franja superior verde poblada por pinos y una franja marrón y ocre que componen los caducifolios en la ladera de la montaña. Llueve todavía, respiramos muy profundo este aire montañés, abriendo brazos para que entre muy adentro e incluso pegamos unos buenos gritos.

Llegamos a una casa de piedra de construcción reciente a la  que le otorgamos la denominación de” refugio”  y pasamos por las piedras del arroyo de las Celadillas.

El  prado va  ascendiendo  bastante y las jaras o estepas tienen un tamaño considerable por esta zona. El agua fluye por múltiples lugares en la pradera haciendo pequeños ríos y después de caminar por un alto azotados por el agua y el viento comenzamos a descender  a chape por el campo y el barro, el aire también nos incordia un buen rato y nos lanza la lluvia con fuerza hasta  que el propio descenso del camino hace que vayamos  un poco mas protegidos. La niebla nos impide ver el paisaje, menos mal que en esta adversidad, Ana ve un recuerdo del sol en los amarillos de las hojas del arbolado que destacan fuertemente  y brillan entre la grisácea penumbra.

Comenzamos a ver la torre de la iglesia del pueblo y se nos hace eterno el tiempo hasta llegar a ella, es de estilo gótico con vestigios románicos y de considerable tamaño. Está cerrada por lo que nos quedamos con las ganas de verla.

Empieza a jarrear cuando abandonamos San Andrés  y además de nuestro paseo, pasado por agua de hoy  nos quedamos  con la forma que tienen estos dos pueblos de arreglar sus diferencias, que es compartiendo los lugares y haciendo fiesta entre todos. Un aplauso para la fiesta del Arca y la romería de Santos Nuevos.

Hoy el vermouth es sustituido por una ducha bien caliente en cuanto llegamos a casa porque el agua se nos ha colado por todos los sitios.

 

EMI

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