SOMAÉN
SOMAÉN RUTA CIRCULAR
Diecinueve miembros de Soria Paso a Paso, con una temperatura aproximada de 7 grados bajo cero, iniciamos la ruta prevista para el 25 de febrero de 2018 en Somaén, perteneciente al Ayuntamiento de Arcos de Jalón. No visitaremos el pueblo todavía pero lo que vemos es precioso, casas de tonos ocres escalonadas en la ladera de un cerro formado por la hoz del río Jalón, rodeado de hoyas y grandes peñas.
Es una tierra cuyos restos arqueológicos se remontan nada menos que 4600 años según las pruebas de Carbono-14 realizadas en el yacimiento de la Cueva de la Mora, que contiene material campaniforme que señala una cultura del Eneolítico-Bronce hacia el 2600 a. C. datación anterior a la habitual. Siendo, hasta la fecha el más antiguo de la península ibérica.
Pensemos en la relevancia de lo expuesto, puesto que la Península Ibérica fue la cuna de la cultura campaniforme que supuso una revolución artística y social que se extendió por toda Europa.
Dejemos la historia, que he comenzado muy pronto con ella pero creo que no podía dejar de señalar un dato tan importante y desconocido para los sorianos.
Por cierto, casi 5000 años más tarde esta tierra roja continúa siendo bien valorada por los alfareros, nuestra compañera Ana nos comentaba que no hace muchos años venían desde la comarca de Calatayud para abastecerse de arcilla de esta zona. Tampoco la tienen demasiado lejos,
Somaén está muy cerca de las provincias de Zaragoza y de Guadalajara.
Iniciamos la marcha siguiendo el trazado de la carretera, el paisaje está blanco, cubierto de escarcha.
Blanco también es el nombre del río que vamos a ir encontrando, nutre una Central hidroeléctrica y muy cerca hay, aunque no la hemos visto, una necrópolis rupestre con tumbas antropomorfas.
Caminamos por el arcén de la carretera, a continuación ascendemos monte a través y aproximadamente 5 km después de salir entramos en una pista que nos llevará a Velilla de Medinaceli, por el camino en una conversación mantenida con el compañero Agnelo, al que le gusta el mundo de las palabras tanto como a mí, nos preguntábamos por la toponimia de Velilla, ya que hay varias en Soria y por supuesto en otras provincias. Pues bien, su topónimo como “Villiela” aparece documentado ya en 1197, y es lo mismo que “villilla” o villa pequeña.
Subiendo por la Cuesta de las Zorras llegamos a Velilla de Medinaceli. Allí almorzamos nuestros bocadillos o fruta, más frutos secos, chocolate, la acostumbrada y exquisita tortilla… y café, en esta ocasión finalizando con un chupito de moscatel, obsequio de Julián por su cumpleaños.
Antes de abandonar la pequeña villa, unos interesantes datos que encuentro en internet: En 1812 nació en Velilla el compositor Joaquín Espín y Guillén, fundador de la primera revista musicológica española y organista de la Real Capilla. Se casó con la sobrina de una soprano casada con el gran Rossini, quien le puso en contacto con Verdi. Además, la hija de este velillense, Julia, fue el gran amor platónico -no correspondido- de Gustavo Adolfo Bécquer.
Curioso, aunque a ninguna la conociera en Soria, tanto Julia Espín como Casta Esteban eran de origen soriano.
Salimos a la pista y desde la salida del pueblo vamos encontrando las cruces de piedra que marcarán un Via Crucis, a unos 3 km nos desviamos para llegar a la Chorronera, un salto de las aguas del río Blanco de unos 20m. Durante unos momentos dudamos de su ubicación, debía escucharse ya el sonido del agua… Fue impresionante la imagen que encontramos momentos después, una cascada con sus aguas congeladas en plena caída, absolutamente espectacular.
Estuvimos un ratito disfrutando del entorno y regresamos a Velilla. Seguimos por la pista en dirección a Avenales, pasando por el Collado de los Barrancos, hasta encontrar el mencionado pueblito. Está totalmente aislado, ni una carretera a la vista… sus casas y su iglesia están derruidas, dejando entrever los pedazos de una vida ya olvidada, pasamos por sus calles viviendo y fotografiando una vez más el abandono de nuestros pueblos.
¿Causas? Además de las habituales, en este caso se sumaría que posiblemente no llegó a tener servicios de luz eléctrica ni agua corriente, puesto que en su momento el alcalde del pueblo consideró que era mejor negar el progreso a sus convecinos y continuaron a la luz de las velas y abasteciéndose del agua de las fuentes.
Siguiendo con los toponímicos que hemos iniciado con Velilla he leído que sus campos de avena pudieron dar nombre al pueblo, aunque pienso que es más factible que Avenales derive del verbo avenar o dar salida al agua, por las numerosas fuentes que siempre han formado parte de su entorno.
Poco después de dejar el pueblo nos adentramos en un pequeño cañón y si durante el camino hemos ido viendo barrancos, peñascales de arcilla y carrascas, aquí son protagonistas absolutos, caminamos por una estrecha senda, no hay pérdida porque a la izquierda cierran altas paredes rocosas y a la derecha se abre el abismo, al otro lado del barranco se alzan grandes roquedales ocres y al fondo corre el arroyo del Salobral de Avenales.
Estamos en la parte alta del barranco de Avenales o del Salobral y hemos de ir descendiendo por un camino serpenteante que queda interrumpido una y otra vez por ramas de carrasca que hay que levantar o pasar por encima porque no hay espacio para evitarlas. Se han ido desgajando, tronchadas quizá por el peso de la nieve que ha caído recientemente.
El camino es realmente bonito, además del fantástico paisaje que podemos admirar al fondo y otro lado del barranco, en nuestro caminar se hacen presentes las carrascas, las rocas cubiertas de musgo, la tierra que pisamos intensamente roja…
Cuando ya hemos atravesado casi todo el barranco el camino se ensancha y está limpio de ramas, también la tierra es cada vez más clara, hasta que estamos a la par del paisaje que veíamos al fondo del barranco.
No queda ya mucho para llegar a Somaén, entramos atravesando las vías del tren, línea convencional (doble vía) que une Madrid con Barcelona y continúa a Francia, en una provincia con un único tren, de vía estrecha y que sufre mil peripecias y retrasos hasta llegar a Madrid.
Para Somaén no encontramos topónimo, es una palabra de origen desconocido, tal vez árabe y tampoco sabemos de los antecedentes del castillo que vemos sobre el cerro y que fue levantado en época ya un poco tardía, a finales del siglo XIV por el primer conde de Medinaceli, Bernard de Bearn.
Actualmente es un precioso hotel, se salvó del incendio provocado por el ejército napoleónico en la localidad, no así el palacio ducal.
En nuestra subida no llegamos hasta allí y la concluimos en el barrio alto, una zona residencial donde se han construido varias casas a cual más interesante, colores rojizos, diseños modernos y funcionales que integran elementos antiguos como vigas, ventanas y portones antiguos, algunos pertenecientes a conventos.
Pasamos por la zona de ocio del hotel y entramos por la puerta abierta que lleva a un mirador en el que nos detenemos para contemplar el magnífico paisaje que nos rodea y que está bajo nuestros pies, podemos ver y sentir la gran altura a la que nos hallamos a través un suelo de material transparente.
Bajamos por estrechas y empinadas calles hasta llegar a la fuente, pasando ante un par de casas rurales. Antes de poner rumbo a Soria felicitamos nuevamente a Julián con canción incluida y le entregamos un detalle ¿Quién es Julián? Además de ser una persona excepcional, es el miembro del grupo de más edad y uno de los más activos, participa en casi todas las salidas y, con Ángel nuestro querido Sherpa, se patean la provincia buscando nuevas rutas para el grupo. Nuestro agradecimiento para ambos.
Y ahora sí, ponemos rumbo a Soria, dando por finalizada una ruta preciosa y realmente interesante.
Ana María A.
Soria, 25 de febrero de 2018
Bien, Ana Mari.Una crónica amena, detallista, trufada de apuntes culturales que hacen más atractiva su lectura
Una ruta de iniciación preciosa y en muy buena compañía. Gracias por documentarla.
Como siempre Ana, gracias por este detallado relato lleno de datos muy interesantes .Qué pena no haber podido acompañaros, fue una ruta preciosa, pero gracias a las fotos, el video y a la crónica la puedo disfrutar también.
Que documentado!!!! Gracias Ana Maria
Gran relato Ana María,lleno de datos muy curiosos!!! Gracias.
Gracias Ana,por este relato tan detallado,yo hice esta ruta con otro grupo,con vosotros no he podido,y me encanta volver a vivirlo gracias a tu trabajo y el de Angel