VISITA A RELLO. (26 DE ABRIL 2025)

Es primavera y el tiempo es cambiante. Hoy salimos de Soria con sol, aunque una densa bardera está pegada en las montañas del norte y tras pasar Almazán avanzando por la CL-101 una gran boina de espesas nubes cubre el cielo teniéndose que poner en marcha los limpiaparabrisas de nuestros coches para deshacerse de alguna gota de lluvia. Tras una hora en carretera,

estacionamos al lado del castillo de Rello donde corre un aire fresco que nos obliga a sacar el cortaviento y el gorro y como hoy nos acompaña Reme, empezamos a subir temperatura corporal con el calentamiento de piernas y brazos.
Cruzamos la carretera y nos dirigimos hacia campo abierto por un camino cómodo y ancho cerca del río Escalote y poco hemos caminado cuando paramos a ver la tumba de la Sra. Brígida

 

que murió un uno de agosto allá por los años veinte en este campo. El camino hace un giro a la derecha mientras vemos a lo lejos viejos apriscos ganaderos y a partir de aquí las vistas se amplían muchísimo porque entramos en una gran zona esteparia con campos de cultivo en los que ya está naciendo la nueva cosecha de cereal, cuya superficie supone un extenso tapiz verde sobre la tierra.

Pero lo que más nos llama la atención en este ambiente agrícola es el escandaloso cantar de pájaros que pensamos tienen que anidar en la tierra puesto que no hay un solo árbol cercano y es que toda esta zona es de los altos de Barahona y está considerada como un lugar de interés comunitario y es zona especial de protección de aves. Un cartel en el camino nos comunica que en estas estepas habita la que parece que puede ser la reina de esta comunidad alada que es la alondra Ricotí o Dupont que está en peligro de extinción desde hace muchos años, es muy frágil y cuando ya se había recuperado un poco la población, la borrasca Filomena hizo que cayera su número de forma importante de nuevo .“ Ricotí” es una onomatopeya de su canto que es muy peculiar y seguramente ha estado incluido entre la gran coral que tenían montada esta mañana los pajarillos entre los que se encuentran también el sisón que es una especie también amenazada, el alcaraván y la avutarda.


Sin salirnos del camino marcado para no molestar a las aves vamos disfrutando del sol primaveral que aparece y desaparece entre densos nubarrones que parecen que se juntan con la línea de la tierra a lo lejos y una vez en el alto de la gallinaza dejamos el sendero para acercarnos a ver un gran agujero en la campiña que nos muestra las entrañas rojizas de la tierra y que aparecido de la noche a la mañana de forma natural por la erosión de la roca caliza del subsuelo

El acceso al borde está vallado por seguridad. Por el mismo camino, algo más adelante, se encuentra el paraje de Los hoyos, rico en fósiles y Lali encuentra una caracola muy original.
La bota hoy es la que inaugura nuestro almuerzo porque Yolanda se encarga de ir pasándola y nadie decimos que no al placer del traguillo de vino de nuestra bota que Agnelo se encarga de llenar con gran generosidad. Algún buitre nos vigila ya desde lejos mientras tomamos el bocadillo porque estamos ya muy cerca del inicio de nuestra aventurilla de hoy que va a consistir en atravesar un cañón.
A través de cultivos llegamos ante la entrada de la avenida rocosa creada por el arroyo de la Hocecilla y aquí un par de buitres vuelan muy bajos sobre nosotros, nos parecen incluso amenazantes podemos distinguir su fisonomía perfectamente de lo cerca que nos sobrepasan.

En la hazaña de hoy, podemos elegir entre vadear el arroyo varias veces o escalar paredes verticales para ir atravesando la vaguada con éxito; contamos con la suerte de que el arroyo lleva poca agua, aunque brota un buen chorro cuando pasamos por su origen y da la impresión de que poco tiempo atrás todo estaba inundado; el agua del arroyo de la Hocecilla es transparente y podemos distinguir a su través el fondo del cauce con sus plantas acuáticas con toda nitidez.

El suelo del cañón está ya con hierva y florecillas, pero no ha despertado todavía del sueño invernal y mientras nos concentramos en estas actividades de observar la naturaleza, trepar por riscos o saltar el río, grandes sombras aladas se mueven por el cañón porque seguimos teniendo a los buitres vigilantes yendo de un lado al otro de la garganta, pensamos que hoy los estamos molestando especialmente.
Cuando los grandes paredones calcáreos van llegando a su fin seguimos saltando agua, pero ahora la que encontramos en el camino y en este momento aparece la imagen que muchos teníamos en nuestra mente que es la visión de Rello sobre su pedestal inexpugnable,

rodeado por su muralla medieval todavía dentada dominando el territorio.

Hacia el pueblo dirigimos nuestros pasos finales: Vamos subiendo la ladera y empezamos conociendo su fuente y lavadero con agua fresca y transparente también como la de arroyo,

seguimos subiendo la colina y llegamos a la ermita de Ntra. Sra. de las Angustias, patrona del pueblo donde hay un mirador con zona con mesas y desde aquí nos saludamos con los compañeros que han seguido otro camino de acceso al pueblo. Atravesamos la muralla por una de sus puertas que está señalizada con un escudo de armas con un águila y las divisas de la casa de Borbón y la de Lorenzo Suárez de Mendoza, conde de la Coruña del Conde (Burgos) y vizconde de Torija (Guadalajara).

Recorremos sus calles silenciosas y bien conservadas, viendo casas en obra, otras que se venden y la mayoría restauradas y cerradas, también hay otras totalmente en ruinas que se tapan con puertas y muros y pocas con señales de ser habitadas. En la parte alta se encuentra la Iglesia de la Anunciación y el cementerio cuyos exteriores visitamos y seguimos la muralla en nuestro paseo asomándonos de vez en cuando para descubrir la boca del cañón por donde hemos aparecido y las choperas que rodean al río. El punto de encuentro y punto final es el famoso” rollo de Rello que es de hierro”

porque en realidad es una antigua pieza de artillería llamada bombarda y que Reme recuerda verla tirada por el pueblo hace muchos años hasta que la pingaron en el pedestal. Acabamos visitando los restos del castillo al ir hacia los coches. De este lugar se sabe que pudo construirse en el s. XV y quedan restos de la torre del homenaje y de alguna almena.
Son las cuatro de la tarde cuando llegamos a Soria de nuevo por lo que la cervecita final no la toma todo el mundo, otro día será.
Emi

Por favor acceder para comentar.

Posted by: soriapasoapaso on