Ruta por Tiermes. 24/04/2021
Hoy nos vamos en busca de un pequeño pueblo, donde nace un pequeño río y ambos, pueblo y río, comparten el mismo nombre: PEDRO.
Nos vamos a tierras deshabitadas también como la semana pasada, pero hoy nuestros coches circulan hacia al Suroeste de Soria, hacia tierras rayanas con Segovia y Guadalajara, a terreno llano de buena calidad que produce grano y pastos para la ganadería y que hoy lo vemos como una gran alfombra amarilla por la floración de la colza. En esta desamparada zona existe un lugar en el que se han hallado restos de antiquísimas civilizaciones, unos sobre otros, un yacimiento arqueológico de gran valor que ha sido considerado la Pompeya Española por algunos autores y que hoy es el centro de nuestra ruta senderista: Tiermes
Seguimos con suerte meteorológicamente hablando porque este fin de semana la borrasca Lola aplaza su llegada hasta el Domingo y nos permite disfrutar de nuestra mañana semanal de relajación y bienestar andarín.
Damos la espalda a las ruinas celtíbero-romanas desde su parking para comenzar campo a través, con un viento fuerte, fresco y racheado que hace que nos protejamos con gorros y pañuelos
El primer sentido estimulado esta mañana es el olfato, olores de tomillos, espliegos y otras plantas aromáticas impregnan un campo ya primaveral, ligeramente verde, nuestra vista también se impresiona porque aparece en el paisaje un color al que no estamos acostumbrados a ver en la naturaleza, un color potente que da personalidad a estas tierras, el rojo, roquedos con tonos bermejos y grises que son conjuntos formados por arcillas y areniscas, modelados por la erosión; esta característica de fácil modelación también fue aprovechada por los romanos para construir sus calzadas.
Pronto tenemos la suerte de caminar por una de ellas, probablemente por un tramo de la calzada Romana de Uxama –Tiermes – Segontia (Sigüenza), conocida como Camino Real. Los Romanos crearon estas vías sobre otras anteriores, sus trazos seguían recorridos lo más rectos posibles y siempre sobre posiciones elevadas, siguiendo altozanos o laderas con buenas vistas ante posibles enemigos; así lo podemos comprobar mientras transitamos por ella y vamos descendiendo hacia un valle donde el viento nos azota de nuevo, pero antes también hemos podido ver pequeñas cascadas de agua y grabados en las rocas coloradas que suponemos pertenecen a diferentes épocas y con varios motivos pictóricos que son el motivo de bromas.
La jara es la pobladora principal de la planicie que pronto se convierte en montaña suave, pequeños pinos también se cruzan en nuestros pasos y en el ascenso pasamos por varios puestos de caza y escondido entre la vegetación adivinamos un viejo talbot abandonado.
Desde la cima vemos la Sierra de Pela llena de aerogeneradores y en el fondo del valle distinguimos el pueblo de Pedro, solo nos separa de él una espectacular bajada por un camino de arena y piedras que nos va sumergiendo en un paisaje más verde, frondoso y florido. Los perros ganaderos enseguida se dan cuenta de nuestra presencia y sus ladridos nos acompañan un buen rato hasta que cogemos un encantador camino entre huertas para llegar a un paraje muy cuidado por el que desciende ya el Río Pedro desde el pueblo, en cascada, se trata del Molino de Quintana
Junto al molino podemos admirar una joya arquitectónica visigoda del S VII que es la Ermita de la Virgen del Val, una humilde construcción de sillarejo y mampostería con un pórtico en cuyo interior hay también una sencilla portada. En su muro occidental hay una puerta cegada y canecillos románicos en alguno de sus aleros, lo que quiere decir que hay dos momentos constructivos diferentes. Fue declarada “monumento” en el año 2000
Subimos a Pedro por un camino que rodea el Molino y tras pasar por la Iglesia de San Pedro, nos paseamos por sus calles vacías; el pueblo está lindísimo, incluso elegante, calles perfectamente adoquinadas y limpias y tiestos en el centro de la plaza dónde se recuerda al que imaginamos un alcalde muy querido llamado Felipe González Varas. Si no fuera porque la mayoría de las casas se encuentran bien protegidas con verjas y cerramientos, diríamos que Pedro tiene alegría y vida; en verano todos estos hogares se abrirán con gente de la ciudad. Tomamos nuestro descanso y tentempié en el “El Manadero” del Río Pedro, al pie de la Sierra Pela que separa las dos castillas y de la cual manan otros acuíferos que alegran y enriquecen este árido territorio. Disfrutamos del descanso, del sol, del bocata y del sonido del agua del arroyo porque, como nos tenemos que distanciar no podemos conversar y se echan de menos nuestras charlas.
Al salir del pueblo nos cruzamos con un gran rebaño de cabras y ovejas junto a otro rebaño de perros acompañándolas, nos alegramos de que el pastor escolte a todos los animales. Caminamos sin perder de vista a la Pela hasta llegar a un altozano en el que se encuentra el despoblado de Sotillos de Caracena, donde las viviendas son ya una ruina, junto a su Iglesia de San Miguel; nos limitamos a cruzarlo y verlo desde el camino que lo atraviesa. Del altozano bajamos a la vaguada donde está el Arroyo de la Mata rodeado de grandes y vetustos chopos y fresnos gigantescos cuyas ramas se han resquebrajado por su mismo peso, algún gran ejemplar reposa junto al agua, desarraigado. La temperatura se templa en este cobijo, pero el aire sigue atizando en el siguiente altiplano tras dejar atrás el despoblado. Nos resta poco trayecto entre jaras nuevamente y quejigos jóvenes para salir a una gran llanura desde la que atisbamos la antigua ciudad desenterrada nuevamente y entramos por ella por su zona suroeste, viendo el graderío tallado
directamente en la arenisca y que era una zona pública para actividades lúdicas, mercantiles y religiosas; subimos por la puerta del sol para reunirnos con otros compañeros del grupo que nos acompañan desde este momento.
Hoy comemos en ruta rodeados de historia junto a la Ermita de Sta. María de Tiermes, románica del S. XII, con un pórtico, una planta y ábside semicircular. Los vanos de su galería porticada nos sirven de aposento frente al sol pero los que prefieren protección del aire se acomodan entre otras dos construcciones cercanas para hacer un segundo descanso y comer antes de visitar el yacimiento.
Vamos descendiendo en el tiempo y de la edad media que representa la ermita nos dirigimos hacia al municipium Romano de Termes donde se adivina gracias a las indicaciones una parte importante y rica de la ciudad con el foro, casas, unas pequeñas y otras que debieron ser impresionantes como la del acueducto, impluviums donde se recogía el agua y canalizaciones de ésta a través de toda la ciudad que servían tanto para recoger el agua como para desechar las residuales. Atravesamos el túnel del acueducto sur a pesar de que hoy tiene bastante agua y bajamos a la parte más pobre de la ciudad Romana donde se encuentran parte de edificios colectivos de viviendas. Otro profundo acueducto tallado en roca está frente a la puerta del Oeste, por la que pasamos también hasta llegar a una habitación con cabecera semicircular y en la parte más alta restos del templo para volver a la zona del foro.
Pero esta ciudad Romana fue construida sobre el oppidum de Termes, es decir sobre una ciudad celtíbera Arévaca, escavada en la roca también y que junto con los Numantinos lucharon contra los Romanos. La necrópolis de Carratiermes es la prueba de ello.
Termes, Termancia, Tiermes, un mismo lugar en el que se han encontrado restos de la humanidad desde el Neolítico y edad de hierro pasando por la Celtiberia y Roma, pero también después llegaron los Mozárabes y en la Edad media fue lugar destacado porque la hoy ermita fue importante Monasterio y posteriormente iglesia; fue también terreno fronterizo entre cristianos y árabes y los últimos pobladores de este asombroso lugar datan del S.XVI, cuando la Iglesia de Sta. María de Tiermes pasó a ser ermita y otras poblaciones de alrededor como Caracena le empezaron a quitar protagonismo.
Semanalmente disfrutamos de la gran riqueza natural de Soria, pero hoy además nos hemos concienciado del gran patrimonio histórico que tiene nuestra provincia, después de recorrer este enclave mágico y misterioso escogido por el hombre durante tantos siglos como asentamiento y en el que las investigaciones continúan.
Emi
Un lugar espectacular y un relato a la altura. Gracias Emi, me ha encantado.
Acertado relato y magnifica simbiosis entre la descripción y el rasgo histórico de la crónica. Enhorabuena, Emi.