LAS CUEVAS – INODEJO- CAÑÓN DEL IZANA. 11 DE JUNIO DE 2016
11 DE JUNIO DE 2016
Hoy se celebra en Soria el día del “Lavalenguas” causa, quizá, de que sólo hayamos participado en la ruta de hoy 5 compañeros de nuestro grupo: Feli, Gema, Maribel, Ángel y yo mismo. Estaba previsto que Ana Mª nos acompañase, pero la defunción de un familiar nos ha impedido disfrutar de su compañía.
Llegados a la cercana localidad de Las Cuevas de Soria, a 27 km de la capital, Ángel ha dejado su coche sobre el césped de lo que seguro utilizan los lugareños para jugar al fútbol, dado que se conservan sendas porterías, y sobre el ya aparecían aparcados varios vehículos.
Una vez más, Maribel, nuestra particular especialista en botánica, nos ha ido informando de las diferentes especies de hierbas que, al pasar nos iban saludando con su multicolor colorido, cual museo de arte pictórico, que en bastantes ocasiones parecían auténticos lienzos desplegados en el suelo del monte al abrigo de la abundancia de encinas y de espinos se levantaban cual protectores del museo: Viboreras, tomillos, mejoran
as gramíneas, llantén, gamones, espliego …
Y hablando de los gamones o Asphodeus Albus,Gema se ha interesado por alguno de los efectos de esta planta dados los efectos nada recomendables de esta planta, a lo que hemos intervenido advirtiendo a Maribel de que no continuase con la información por … “prudencia solidaria”.
Una vez orientados y encontrada la calle por la que debíamos iniciar nuestro recorrido, enseguida nos hemos encontrado con un indicador que nos orientaba hacia “monasterio” y que hemos deducido que el lugar se refiere a la ermita de Ntra. Sra. de Inodejo y antiguo convento de Clarisas. Pero nada se sabe del santuario primitivo. Se ha encontrado un documento de 1621 en el archivo del Convento de Santa Clara (Soria) en el que se manifiesta que fundaron su convento primeramente en Inodejo. Se sabe que las Clarisas de Soria se establecieron en la ciudad en 1286, y por lo tanto su estancia en el santuario de Inodejo debió ser anterior.
Nuestros andares han discurrido por un camino ancho de piedra prensada que, en algún momento hemos comentado que sólo le faltaba estar asfaltado para ser una auténtica carretera. Quizá esta circunstancia se deba a la utilización del mismo por los numerosos romeros de la “concordia” que lo utilizan el día de la festividad.
Cual Cruz de Ferro en el Camino de Santiago, nos hemos encontrado una cruz a pie del camino con su pirámide de piedras en su base, a la que Feli ha añadido 5 piedras, no; 5 piedrecitas de las que se lleva el viento, una por cada uno de nosotros. Piedrecitas, porque no se ha molestado en buscar a su alrededor alguna más voluminosa en reserva de sus fuerzas para el camino.
Ya en el amplio espacio, auténtico mirador en la sierra del mismo nombre, hemos dudado sobre la fecha en que se celebra la romería. Cuatro de nosotros decíamos que era en Junio y Gema creía saber que había sido en mayo. Ahora puedo afirmar que la razón estaba de parte de Gema ya que la romería se había celebrado el domingo 22 de mayo, festividad de la Santísima Trinidad, en la que año tras año, desde tiempos inmemoriales se viene celebrando. Generalmente suele ser en junio, pero este año dado que la Semana Santa fue a mediados de febrero, aquella se había adelantado.
Tengo que decir que, de haber estado Ana Mª, nos hubiese informado detalladamente, ya que en su libro ROMERÍAS DE SORIA dedica 5 páginas (50 – 54) a la descripción de esta romería.
En el lugar, Feli nos ha pedido guardar silencio para poder oír ladrar a los ciervos. Y en ella misma se ha encontrado con un zorrillo a la espalda de la nave que hay frente a la ermita.
De regreso a nuestro punto de partida, la conversación no podía ser otro que la propia naturaleza: especies silvestres y la orientación en campo abierto.
De bruces nos encontrado con una muela rocosa que nos anunciaba el cañón del Izana y vegetación en abundancia, testimonio de la existencia del río.
Hasta cuatro veces hemos cruzado el cauce del río para subir a los cerros adyacentes para “ver el paisaje”.
En uno de esos momentos nuestras féminas se han mojado los pies, pero no nos han explicado a los varones si era por motivo de higiene, de refrescar sus extremidades, para lanzarse al río o porque pensaban que tienen efectos curativos. También hemos disfrutado los varones admirando cómo nuestras compañeras jugaban al calderón en su infancia, dada su pericia en vadear el río saltando de piedra en piedra.
La abundancia de agua y el espeso monte bajo nos ha impedido llegar hasta el pueblo por la senda del cañón y nos hemos visto obligados a buscar un camino alternativo.
La aplicación de wikiloc, que habían empezado a utilizar Feli y Gema al principio del camino, les ha permitido comprobar “in situ” la validez de la misma.
Durante este último tramo hemos intentado convencer a Maribel de que hiciese este relato, dadas las abundantes especies de flores silvestres de las que ella sólo conocía sus nombres. No ha habido forma de conseguirlo. Eso, sí; me ha trasladado sus nombres de forma impresa para que pudiese incorporarlos a este relato por mi ineficaz memoria para recordarlos. Os invito a buscar en internet información de los/las gamones por lo interesante de la misma.
Una vez de regreso en Las Cuevas, Ángel nos ha conducido hasta nuestro sitio habitual de reposición de líquidos a la que él no se ha podido quedar por obligaciones personales.
Luis
Leído este relato por Maribel, me informa de que el interés de Gema no era por los gamones sino por los beleños y sobre los gamones lo que le ha contado ha sido que en Ubrique celebran el “dia de los gamones”, que consiste en recogerlos cuando pierden la flor y arrojarlos a la hoguera. Como tienen una especie de globos, explotan y, con eso, ahuyentan a las brujas y los malos espíritus.
Como queda claro, he confundido la historia.