HAYEDO DEL MONCAYO POR LA SENDA DE LOS CARBONEROS 8 de noviembre de 2025

Este sábado visitaremos uno de nuestros clásicos otoñales, los hayedos del Moncayo y en esta ocasión lo haremos por una zona que no hemos recorrido anteriormente y se inicia en el término de Aldehuela de Ágreda.

De allí parte la Senda de las Carboneras o de los Carboneros que, tras décadas de abandono, estaba impracticable y fue recuperada en 2018 por el Ayuntamiento de Ágreda y la Asociación de Amigos del Moncayo. Iniciativa premiada como el sendero más popular de 2019 en Castilla y León. Se trata del PR – SO 79, un recorrido circular que recorre el hayedo y llega hasta los antiguos neveros.

Nosotros no vamos a realizar todo el recorrido, aunque sí pasaremos por la mencionada senda, parece ser que queda alguna carbonera, pero tan sólo podemos intuir o imaginar su proximidad al pasar por algunos puntos con tierra oscurecida o al encontrar pequeños restos de madera ennegrecida y requemada, quizá, en una de esas antiguas hogueras controladas por los hombres dedicados a este duro oficio.

Materia prima para este menester parece no faltar en el corazón del Moncayo soriano, la ruta prevista la iniciamos junto a un pinar y tardamos poco en tomar contacto con el hayedo, hay árboles por doquier, pero no siempre fue así, ambos bosques son fruto de una repoblación causada por la actividad del carboneo y un pastoreo intensivo que dejaron sin vegetación un importante sector del monte.

En la actualidad podemos disfrutar de estos magníficos bosques, el pinar siempre frondoso y uniforme y el hayedo cambiando con cada ciclo de la tierra, no hemos llegado a tiempo para ver las hayas en todo su esplendor, ya que las ramas han perdido casi todas sus hojas, pero aun así está perfecto.

El musgo con su verde intenso resalta la base de los troncos y rocas del entorno, recogiendo la poca luminosidad de la que disponen los hayedos, ni siquiera los matorrales tienen cabida en este bosque, es como un gran templo rodeado por columnas de troncos altos y lisos de los que parten los ramajes, como nervaduras, formando sus propias bóvedas. Arquitectura natural y viva cuyas últimas hojas doradas siguen revoloteando y nutriendo la espesa y colorida hojarasca que alfombra nuestro paso.

Pero dejémonos de metáforas druídicas, que nuestra compañera Gema escucha el canto de un pájaro y pretende averiguar a qué especie pertenece, creo que nuestras respuestas no son muy certeras, lo cierto es que aquí tenemos una gran diversidad de especies, puesto que estamos en una Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA), el Moncayo es un espacio natural de alto valor ecológico que también cuenta con otras figuras de protección como: Zona Especial de Conservación (ZEC) y Lugar de Interés Comunitario (LIC).

Siguiendo con la ruta, que como aquel que dice acabamos de empezar, atravesamos el Hayedo de Peñarrajada por estrechas veredas, entre los troncos lisos y claros de las hayas se deja ver algún roble de tronco más oscuro y rugoso, sus características hojas lobuladas resaltan entre el tapizado de innumerables hojas ovaladas y ocres. Según avanzamos también van apareciendo acebos de brillantes y espinosas hojas con algunas bayas rojas.

Cuando el hayedo se abre los rayos de sol se dejan sentir y se agradece después de varios días de lluvia. A pesar de que ha amanecido nublado, en el barranco se descubre una luz espectacular cuando el sol ilumina tan sólo algunas zonas de la extensa panorámica que tenemos ante nosotros. En ese vasto paisaje destaca Vozmediano por su cercanía y por el castillo que, restaurado, se alza orgulloso sobre sus propias ruinas.

Salimos fuera de los senderos oficiales, los hitos de piedra indican el camino a tomar y, por supuesto, el inefable Wikiloc, aunque la ruta tiene un desnivel de casi 400% no es un ascenso duro y ni pesado, pero sí hay que llevar cuidado por la gran cantidad de hojas que cubren el suelo y ocultan hoyos, piedras y ramas, porque piedras hay a lo largo de todo el trayecto, es una zona con numerosos canchales y en alguno de ellos se plantea la idea de almorzar sobre las piedras porque el suelo está bastante mojado, pero la desestimamos ya que está muy expuesto al frío y podemos encontrar algo más adecuado.

En efecto, bajando encontramos un bonito paraje bien protegido y rodeado de rocas donde acomodarnos, pero el musgo, empapado, se ha adueñado de ellas y la  humedad traspasa incluso las bolsas de plástico dispuestas para evitarla, lo que no impide disfrutar como siempre de ese momento de almuerzo y charla.

Que era un buen lugar lo corroboró la presencia de una pareja que frecuenta la zona y tenían ese rincón como su punto de descanso.  Apenas nos cruzamos con otros senderistas a lo largo de la ruta y es que estamos en la cara Norte del Moncayo, la vertiente soriana es más húmeda y fría que la aragonesa, por ello también está menos transitada.

Ya en la pista forestal nos desviamos de nuestro camino para descubrir un paraje de cuento, con un riachuelo y sus pequeños saltos de agua cubiertos de musgo y helechos, hayas que aún conservan su hojas doradas y acebos cuyas características bayas rojas resaltan entre los verdes y ocres del bosque…

Siguiendo el curso del agua llegamos ante una caseta y una presa para la captación de aguas, mientras estábamos disfrutando y fotografiando el paisaje llegaron dos muchachas buscando el viejo sanatorio abandonado.

Bajamos por el sendero que conduce a la pista del Barranco de Agramonte frontera natural entre la ladera aragonesa y la soriana, por eso también se le conoce como Barranco de Castilla. Nada más terminar el sendero encontramos un poste informando que hacia la derecha y a tres kilómetros está situado el  Sanatorio de Agramonte, las chicas toman dicho camino y nosotros vamos en dirección contraria, por el Hayedo de las Canalejas.

Es una pista amplia y transitada por senderistas que disfrutan de este hayedo que va más tardío y cuyas hayas aún conservan sus hojas y tonalidades otoñales. También algún coche recorre la pista forestal que nos lleva hasta la Fuente y el Refugio de las Canalejas, bastante amplio y propiedad del municipio de Ágreda, un bonito rincón con mesas y bancos para pasar un buen rato, allí nos detenemos unos minutos y aprovechamos para hacer la foto de grupo.

Seguimos caminando entre hayas y volvemos a encontrarnos con una preciosa panorámica destacando, de nuevo, Vozmediano. Unos kilómetros más adelante la aparición de pinos anuncian que pronto daremos por finalizada esta ruta plena de aromas e imágenes de otoño propias de este Moncayo que nunca defrauda.

Ana María Abajo

2 Comments so far:

  1. Totalmente de acuerdo en tus opiniones sobre los hayedos. Pero no te olvides de tus metáforas druidas que son preciosas. Gracias Ana.

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Posted by: soriapasoapaso on