QUEJIGARES DE GÓMARA-NÁJIMA ll 29/11/2025 (La primera vez 14/11/2020

En una ruta por los hayedos en el otoño de 2020, Alberto nos dijo: “tanto tato con los hayedos  y os olvidais de los quejigares y robledales que en estas fechas también tienen su encanto”  y pusimos manos a la obra y tras acabar los hayedos organizamos una visita a este bosque el 14 de noviembre de 2020 hace ya 5 años.

 

Hoy volvemos a este mismo lugar, tiempo y época muy similares. En aquella ruta la crónica muy detallada la hizo nuestra compañera cronista Ana Maria: https://soriapasoapaso.es/?p=6514.

Voy a actualizar algunos datos y cambiar las fotos, ya que el relato de Ana está muy muy detallado.

 

Vamos a ello

Este sábado vamos a conocer un paraje que ya en principio nos sorprende porque caminaremos entre bosques de encinas y quejigos, a pesar de dirigirnos a los campos de Gómara, sinónimo de extensos campos de cereal y, en estas fechas, de los surcos abiertos para la sementera, de los diversos marrones de las tierras recién labradas o en barbecho, del verde incipiente de los ya sembrados…, y el horizonte siempre diáfano.

 

Hemos acudido 21 senderistas a la ermita de Ntra. Sra. de la Cabeza el paraje es precioso, está ubicada en una explanada rodeada de una extensa y agradable arboleda con su merendero y fuente, lugar muy cuidado y al parecer frecuentado, no sólo los días de la romería que allí tiene lugar.

 

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Enseguida iniciamos la marcha siguiendo los pasos de nuestra coordina de ruta hoy Reme, que nos va a mostrar parte de estos casi desconocidos Quejigares de Gómara y Nágima pertenecientes a la red natura 2000. Propuesto como LIC en 2004 para su protección y conservación.

 

En dicha propuesta se detalla información ecológica, usos del suelo, tipos de hábitat, fauna etc. así como la siguiente descripción del medio en el que hoy nos vamos a mover:

 

-El LIC propuesto como Quejigares de Gómara está situado al SW de la capital soriana. Constituye un espacio natural compuesto mayoritariamente por bosquetes de quejigo y encina.

 

-Calidad e Importancia: Es una de las masas más extensas y excelente representación de los quejigares sorianos. En la zona nidifica el águila real y existen ejemplares de Canis lupus (Lobo).

 

-Vulnerabilidad: Las amenazas están relacionadas con las reforestaciones forestales, los parques eólicos. Posible construcción de vías de comunicación.

 

Pero mejor conocer directamente este bosque mixto, las hojas de ambas especies arbóreas son muy similares, aunque ahora en otoño se diferencian perfectamente por su color, perenne y siempre verde la encina, caduca y en este momento ocre la del quejigo.

Así que comencemos a caminar entre los verdes oscuros de las encinas y los amarillos de los quejigos. Poco después de pasar el puente del río Nágima vemos a lo lejos el viejo molino de Serón con un frontón desmochado, el edificio está abandonado pero durante un tiempo fue un lugar de ocio para los jóvenes del contorno. Nos cuentan José Antonio y Reme que además del frontón había una piscina y también celebraban verbenas, pero ya solo quedan ruinas, ya es historia.

 

Y anteriormente hubo otras historias, más lejanas en el tiempo pero que aún se recuerdan, de cuando el molino realizaba la función para la que fue construido, historias de la guerra civil y de la posguerra, de las señales con trapos blancos y negros tendidos que avisaban a los agricultores cuando llegaban los que iban a confiscarles el trigo y la harina.

 

Continuamos nuestra ruta que nos lleva durante unos kilómetros por un cómodo camino, hasta que nos metemos por el monte y después de un pequeño ascenso nos encontramos con una maravilla, una atalaya medieval recortándose contra el cielo azul y rodeada de encinas, está casi en ruinas, pero aún conserva su prestancia.

 

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Es la Atalaya de Bliecos o Torre del molino, nos dicen en la web Castillos de España lo siguiente:

 

Esta atalaya pertenece seguramente a alguno de los sistemas de vigilancia y control territorial organizados por el califato de Córdoba en la Marca Media en el s. X o comienzos del XI.

 

Torre circular de 6 m de diámetro con muros de aparejo de mampostería bien careada y sillarejos dispuestos en ocasiones en opus spicatum de 1 m de espesor sobre una base más ancha, de 1,7 m. en un escalón que sólo se muestra en el interior. A la altura del primer piso, marcado por este escalón, hay un orificio que debe de ser la entrada original. Conserva 8 m de altura, pero no la coronación original.

 

A merecido la pena subir a verla, pero hay que volver al sendero abierto en el bosque y seguir un itinerario, subiremos al Risco de  Pinilla.

 

Los quejigos se quedan atrás, solo hay encinas, incluso éstas empiezan a escasear. La subida no es dura y cuando llegamos el panorama que divisamos es único, a un lado los campos de cereal brindando los colores de esta fase agrícola, un tapiz elaborado con toda la gama del marrón; rodeando estos campos extensas y espesas masas verdes de encinar y ocres de los quejigales.

 

 

Además de la increíble panorámica, aunque no lo hemos visitado, en Cerro Pinilla podemos encontrar un castro celtibero.

 

Caminamos por el monte durante un buen trecho, a veces por zonas intricadas en las que es muy fácil perder el contacto visual. Estamos en pleno bosque entre oscuras encinas con sus bellotas ya maduras, los líquenes confirmando la pureza del aire también forman parte del ecosistema de este bosque y no sólo están envolviendo las ramas, hoy descubrimos una especie de liquen u hongo salpicando el suelo como piedrecillas blancas pero con una textura blanda. Poco después pasaremos sobre una mullida hojarasca parda, es de los quejigos que comienzan a perder su hoja.

 

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También encontramos árboles secos de gran porte y figuras fascinantes.

 

Alcanzamos a la cota máxima de altura de la ruta (1107 m.) cerca de unos corrales y allí desayunamos al abrigo de sus paredes, y desde allí ya se va descendiendo hasta la explanada del refugio de cazadores,

con una caseta bien cuidada, una fuente e incluso una mesa y bancos de piedra, y un poco más alejada una charca de aguas transparentes.

 

Reponemos fuerzas, que todavía nos quedan unos seis kilómetros por delante y volvemos al sendero, aunque se camina perfectamente, está húmedo y han quedado marcadas las huellas de los animales que han cruzado por aquí muy recientemente.

 

Pasamos frente al Risco de Pinilla y podemos apreciarlo en toda su extensión y bajo otra perspectiva. ¿No os parece su cresta una sierpe? Quizá protectora ancestral del castro celtibero, de encinares y quejigales, de sus mamíferos, aves y reptiles, de los arroyos y fuentes.

 

 

Siempre fue un lugar de importancia comunitaria, pero, como se comentó anteriormente, ya está reconocido como tal y protegido desde su calificación como LIC (Lugares de importancia comunitaria. Son zonas de Europa designadas de interés comunitario por su potencial contribución a restaurar el hábitat natural, incluidos los ecosistemas y la biodiversidad de la fauna y flora silvestres.)

 

Los ríos, arroyos  y fuentes son una parte vital de este bosque y desde la caseta de cazadores venimos paralelos a uno de ellos, el arroyo del Campillo o de Pinilla, del cual mana el agua de una fuente que lleva el mismo nombre que el cerro y que el arroyo,

la Fuente de Pinilla que abastecía de agua a Tejado hasta aproximadamente el año 1940, aunque tenían que venir con caballería a recoger el agua porque el pueblo está bastante alejado, también iban a por agua al Molino que hemos visto anteriormente.

 

Destacar que aquella zona en la zona de la vertiente del Duero se puede decir

En la década de 1960, Tejado (Soria) experimentó dificultades con el suministro de agua, ya que los estudios de la época para encontrar aguas subterráneas en la zona sur de la Falla de San Saturio (incluyendo Tejado) resultaron negativos. Estas dificultades eran comunes en la zona debido a la escasez de fuentes de agua cercanas y la falta de infraestructuras adecuadas para el transporte del agua, lo que afectaba a la agricultura y a la vida cotidiana en la región. 

Hoy hay una macro infraestructura de agua que realizo la Junta de Castilla y León y que desde Ribarroya lleva agua del Duero a toda la zona de Gómara extendiéndose hasta Cardejón  y con un gran depósito en Castil de tierra lleva también agua a la zona de las Vicarías, Torlengua entre otros, cambiando de la cuenca del Duero a la del Ebro.

 

Desde la fuente quedan como 3 Km. para llegar y el paisaje va cambiando, el cauce del río Nágima no está muy lejos se divisan choperas que aún conservan sus copas doradas, al inicio de la ruta también vimos arbolado de ribera pero con sus ramas ya desnudas.

 

El cielo que ha estado despejado y la mañana ha resultado agradable a pesar de la niebla que nos ha acompañado hasta llegar a Castil y terminamos la ruta ante la ermita de Ntra. Sra. de la Cabeza sin que descargue la lluvia.

 

El templo e imagen tradicionalmente han sido objeto de gran devoción, con peregrinaje en sus romerías. Siendo muchos los que también venían a tomar las aguas de la fuente que, según cuenta la tradición popular, manan bajo el templo y a las cuales se les atribuyen propiedades para curar el dolor de cabeza.

 

Una vez más, se une la devoción hacia una imagen mariana y su santuario con la proximidad de antiguos castros celtiberos. Y ya sabemos que en Cerro de Pinilla existen restos de esta cultura que convertía determinados bosques en lugares sagrados, que han sido posteriormente respetados y reverenciados.

 

 

 

Y en este lugar tan especial concluye esta sorprendente y bonita ruta otoñal a los Quejigares de Gómara y Nágima.

 

Ana María en 2020 adaptada por José Antonio en 2025

One Comment so far:

  1. Un mixto fantástico,José Antonio y Ana Maria. La técnica y los datos junto a lo histórico y lo místico que Ana investiga, siente y expresa estupendamente en sus relatos.
    Me añado a la opinión de Alberto, asombroso lugar

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Posted by: soriapasoapaso on