Por los dominios del parque natural del Río Lobos. Ucero

Bueno como nuestros cronistas hoy por motivos de agenda, no han podido acompañarnos en la ruta de este día, me voy a descalzar intentando hacerlo lo mejor posible, sabedor de mis limitaciones para la literatura.

Estamos terminando mayo de este año atípico por la pandemia que nos afecta, aunque parece que está ya con billete de salida de nuestras vidas, si el año pasado lo pasamos en blanco, en el lenguaje senderista, este año y hasta la fecha llevamos una docena de rutas cuando en otras épocas y por estas mismas fechas llevaríamos entre dieciocho y veinte, pero como se dice en el refranero castellano, agua pasada no mueve molinos, así que esperamos y deseamos que en el mes de septiembre y una vez finalizadas las vacaciones estivales podamos comenzar a pleno rendimiento, pero bueno, vamos a lo que nos ocupa que no es otra cosa que la ruta realizada por los dominios del cañón del río Lobos.

Como ya viene siendo habitual y es norma general de este grupo, con puntualidad paso-pasera iniciábamos la ruta que se había planificado para este sábado, hoy visitábamos la localidad de Ucero, vamos antes de meternos en harina, un poquito de historia de esta localidad situada al oeste de la provincia, y en tierras del Burgo de Osma.
Debe su notoriedad esta localidad al castillo medieval a cuya sombra se asienta, y hoy, sobre todo, al hecho de ser la puerta natural de acceso al parque natural del Cañón del Río Lobos.
El señorío de Ucero perteneció en el siglo XIII a Juan García de Ucero, esposo de María de Meneses, y a la muerte de aquel, su esposa lo heredó y se lo entregó a la hija ilegítima que tuvo con el rey Sancho IV de Castilla, Violante Sánchez de Castilla.
Y en un documento emitido el 13 de noviembre de 1325 en Aviñón, el papa Juan XXII encomendó al arzobispo de Toledo, Juan de Aragón, que siguiera la causa o pleito que mantenían Violante Sánchez y el obispo de Osma, Juan Pérez de Ascarón, por la posesión del señorío de Ucero, que pertenecía legalmente a ella por la herencia de su madre y había sido ocupado y retenido ilegalmente por dicho obispo, según ella, desde que aquel lo compró el 23 de mayo de 1302 por 300.000 maravedís, y junto con otras propiedades, a los albaceas de Juan García de Villamayor, según consta en la escritura de venta publicada en el tomo II de las Memorias de Fernando IV de Castilla. Pero a pesar de lo anterior, Violante continuó considerándose propietaria del señorío y en 1327 lo donó, junto con el resto de sus posesiones, a la Orden de Santiago, a pesar de que el señorío de Ucero perteneció desde 1302 definitivamente a los obispos de Osma.
En el Censo de 1879, ordenado por el Conde de Floridablanca, figuraba como villa cabecera del Partido de Ucero en la Intendencia de Soria, con jurisdicción de abadengo y bajo la autoridad del Alcalde Mayor de Señorío, nombrado por el Obispo de Osma. Contaba entonces con 232 habitantes.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional en la región de Castilla la Vieja, hoy la población de esta villa es de 50 habitantes según el censo del año 2020.


Comienza nuestra ruta dirección al centro del pueblo, nuestros primeros pasos nos llevan a la Iglesia de San Juan Bautista, que guarda en su interior las figuras del Cristo del Castillo, conocido como Cristo de los Templarios, y de la Virgen de la Antigua. También destacar su pila bautismal, cruces y pendones.


Continuamos nuestra marcha senderista y accedemos a la plaza donde está el Ayuntamiento de la localidad, junto a un parque y a orilla del río Ucero, que continuando nuestra marcha por su margen derecha, vamos con el primer punto atractivo de la ruta que no es otro que el acueducto romano, cerrado por ambos lados por una verja de hierro, decir que los romanos estuvieron presentes por esta zona, colonizando los asentamientos celtíberos a la vez que levantaron una lujosa Villa de Ucero (San Martín) y construyeron un canal de 18 km que abastecía de agua a la ciudad romana de Uxama, así la llamada Cueva la Zorra corresponde a un tramo abovedado con una longitud de 133 metros,

que recorremos ayudados de las linternas de los móviles, evitando cualquier contratiempo, ya que si en Tiermes había chimeneas que servían para oxigenar el agua, y ahora hacen la función de claraboyas dando luminosidad para caminar por dentro del acueducto, aquí la visibilidad es más bien escasa.


Seguimos con nuestro caminar observando lo florido que está el campo, si entre el cereal se aprecian amapolas, fuera de él prevalecen las flores silvestres y aliagas, que con un sinfín de colores aparecen por doquier, observamos las incansables abejas extrayendo su néctar para la elaboración de la miel.


Casi como sin querer tenemos a la vista el castillo de Ucero, castillo medieval construido en los siglos XIII y XIV, y que tradicionalmente se ha asociado a los templarios, está casi en ruinas, pero conserva gran parte de su recinto amurallado así como la torre del homenaje, que está coronada con ménsulas y en la que se abre una ventana con arcos ojivales, declarado monumento allá por el año 1949, desde aquí se tiene una impresionante panorámica de los ríos Ucero y Chico, así como del cañón del río Lobos.
Junto al castillo se encuentran, para unos, las ruinas de la ermita románica de San Juan de Otero, lo que para otros son de la Virgen de la Villavieja,


Una vez efectuada la visita tanto al castillo como a la ermita, aprovechamos para dar buena cuenta de las provisiones que cada cual ha traído, con vistas al discurrir del río Ucero, la bajada de la Galiana y las formaciones del cañón del río Lobos, vistas que para sí querría un establecimiento hostelero.


Nuestra siguiente parada como no podía ser de otra manera, ya que el sendero nos lleva ahora río arriba por su margen izquierda, es el nacedero del propio río, bueno aquí hay que echarle imaginación, por la cantidad de hierbas que han tapado literalmente la salida del agua de la montaña al exterior, cuando en otra época ya pasada efectuamos el grupo una visita por estos lares, el agua brotaba a plena vista, hoy es tarea más que complicada.


Solo nos queda entrarnos unos metros al cañón, pero para pasar el río por el puente, y bajar por un sendero arropado por los chopos, donde a estas horas del día y con Lorenzo apretando, la sombra es más que bienvenida.


Nuestra siguiente parada es el centro de interpretación, aquí ya observamos la actividad turística de la zona, la gente empieza a salir y parece que vamos volviendo poco a poco a la normalidad, lugar muy cuidado con una instalaciones dignas de ser visitadas, sirva una nota para el grupo, hablado con la persona que allí había nos comentó que en el parque natural había catalogadas más de 100 simas o cuevas, en semanas pasadas ya pudimos visitar una pequeña muestra, en nuestra visita por Santa María de las Hoyas.


Ya solo nos queda pasar una hermosa pasarela de madera en consonancia con el entorno para salvar el río, y presentarnos en nuestra meta, donde una cañita fresca junto con una tapa nos espera, hora toca comentar ya más relajados, los pormenores de la ruta realizada.

Angel

3 Comments so far:

  1. Yo no me sorprendo porque ya he disfrutado de mas de uno de tus relatos. Gracias Angel ha sido un gusto leerte de nuevo.

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Posted by: soriapasoapaso on