Ruta por Cabrejas del Pinar. 7-3-2020

Esta lluviosa mañana saludamos nuevamente a la Virgen de la Blanca al pasar por la N-234 camino de Cabrejas del Pinar, el ligero aguacero que nos acompaña mientras conducimos,  es quizá nieve allá por Castroviejo que es por dónde estaba planificada la ruta de hoy y aunque a alguna pasopasera le hubiera encantado hundir sus pies en un buen nevazo, cambiamos el blanco paisaje  de alta montaña, entre pinos Durolenses  por un bosque de sabinas, en los Pinares bajos.

Caminar sencillo y animado en estos primeros momentos, sendero señalado y algo de nieve en los resguardos entre árboles y rocas, salimos del camino  para contemplar alguna formación natural  peculiar y nos abrigamos porque un ligero vientecillo nos persigue, trayendo y llevando nubes.

Hoy el color verde del bosque  no solo lo pone el musgo, casi le gana la gayuba recubriendo gran parte del suelo entre  las sabinas.

Porque paseamos y respiramos profundo en un  bello sabinar  que se hace mas poblado  según  giramos en nuestro  camino hacia la izquierda, siguiendo la senda que nos llevaría a  la Fuentona, si quisiéramos llegar  a ella, pero nuestra idea es otra.

Dejamos a un lado este sendero para dirigirnos montaña arriba y por esta ladera  las sabinas se van espaciando dejando paso en su base a tomillos y otras plantas olorosas que crecen entre el calcáreo pedregal, cuyos aromas vamos notando según subimos..

Aún no hemos alcanzado la cumbre  cuando encontramos el lugar ideal para tomar nuestra medía mañana.”la tenada del cuervo” una vieja majada con antiguas inscripciones en su puerta a cuya vera buscamos el sol y alguna teja para sentarnos, las sabinas nos ofrecen también buen refugio y aposento. Se nos hace corto este rato de descanso pero tenemos que reiniciar nuestro caminar porque aún nos quedan varias sorpresas por descubrir esta mañana.

La primera la encontramos en el top de la montaña, porque desde aquí contemplamos los cantiles rocosos que circundan el monumento natural de la fuentona. Arrimándonos al borde, en un determinado y estratégico lugar vemos el inicio de la famosa cascada.

Otra sorpresa que podemos contemplar es un par de buitres justo en su buitrera, sin inmutarse ante nuestra presencia, en silencio los observamos hasta que despliegan sus grandiosas alas y se lanzan a volar.

Bajamos por el otro lado de la montaña, el piso es pedregoso y difícil pero  con la ayuda de nuestros inseparables bastones que nos dan seguridad, lo  superamos de forma cómoda.

La siguiente  sorpresa que nos deja boquiabiertos  la encontramos al pié del macizo por el que acabamos de bajar : el  río Cabrejas que nos acompañará ya todo el camino de vuelta. Por su margen derecha y a contracorriente vamos a ir caminando y descubriendo diferentes paisajes que con toda seguridad se han ido conformando a las órdenes de las torrenteras que por aquí han pasado.

El primer  escenario que nos fascina  es la pradera, atravesada por el  riachuelo y sentimos que somos muy afortunados de poder contemplar esta belleza. Encontramos otras explanadas de este tipo a lo largo de nuestro regreso, en todas ellas el agua discurre cristalina y cuando el fondo es pedregoso el agua es algo lechosa porque la caliza se va erosionando.

Pero no siempre nuestro camino es tan sencillo, caminamos también por las laderas empinadas y pedregosas, saltamos árboles caídos y rocas, nos agachamos bajo grandes ramas, subimos en unas zonas, volvemos a descender hasta el mismo río en otras y poco a poco vamos superando todos los obstáculos y avanzando.

Las sabinas resisten aquí, en la misma vera del río, de forma estoica, se adaptan a la humedad y a los envites del agua que les poda sus ramas mas bajas de forma natural, las encontramos huecas y retorcidas, secas y grisáceas, muertas y repobladas en su superficie por otros vegetales. También las hay  recubiertas en casi su totalidad por los líquenes, entre ellas algún pino empieza a destacar superándolas y buscando la luz.

Pequeños saltos de agua y diversas corrientes hace que el sonido sea refrescante e incluso nos dan ganas de meternos en el río porque la lluvia se ha disipado y se ha quedado una mañana con suave temperatura.

Se nos hace un poco largo el camino de vuelta, sin dejar el Cabrejas llegamos de nuevo al Molino Ranero para coger los coches y descubrir la última sorpresa de la mañana senderista de hoy.

Nos reencontramos con el  “Chorrón de Cabrejas” que sale del krast de la Sierra.

Un gran chorro de agua que se va expandiendo al bajar  por la montaña  sobre escalones de rocas recubiertas de espeso musgo y que llega hasta un estanque artificial de agua turquesa. Su agua alimenta a la mas famosa Fuentona pero esta cascada en abanico  que aparece cuando la sierra de cabrejas tiene sus entresijos pletóricos de agua es una pasada de bonita. Subimos por unas escaleras hasta llegar al  mismo surtidor para contemplarla también en sentido contrario.

Volvemos a casa rápido, se nos ha hecho un poco tarde esta mañana, de pronto somos conscientes de nuevo del tiempo, pensamos de nuevo en la hora que es  y en  las obligaciones que tenemos o en  las personas que nos esperan.

Ultima ruta por el momento, se suspende nuestra actividad por ESTADO DE EMERGENCIA. Volveremos en cuanto podamos y hasta entonces releeremos  nuestros relatos y volveremos a ver nuestros videos porque nos tenemos que quedar en casa.

Emi

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Posted by: soriapasoapaso on