Por los Quejigales de Villar del Campo, al alto de la Modorra (7de diciembre de 2019).

Hoy, nuestro compañero José Vera nos espera en su pueblo para enseñarnos los secretos de una parte de la sierra del Madero.

Puntuales a nuestra cita ya a las 8.30 de la mañana nos encontramos con él en la entrada de su pueblo, Villar del Campo, para dirigirnos al punto de salida de la ruta.

Iniciamos la ruta y muy cerca admiramos las ruinas de la ermita románica de San Justo, a la que en 2015 le han robaron parte de su cornisa.

Cerca, el despoblado de Castellanos del Campo, en el que destaca un restaurado torreón de defensa musulmana del siglo X de planta rectangular de unos 8 x 6 metros y unos 15 metros de altura, que tuvo cuatro plantas y terraza, con solo dos ventanas altas, la más baja a unos 3 metros para dificultar el asalto, y muros de mampostería gruesa, similar a las de la zona, qué se comunica visualmente con las de Masegoso, la Pica y Aldealpozo (esta última ubicada en la torre de su iglesia) que visitamos el 3 de marzo de 2018 (crónica de Agnelo ,http://soriapasoapaso.es/?p=2227),

Esto nos recuerdan que nos encontramos en tierra de frontera con Navarra y Aragón con los que en aquellas épocas se peleaba mucho los Castellanos y donde la vida de nuestros antepasados no debió ser lo que se dice cómoda.

Continuamos viendo las ruinas de murallas, un pozo que los lugareños achacan a una vía de escape del torreón, y algunas ruinas de viviendas y corrales, dan fé de que en otro tiempo cercano allí había vida. Poco a poco la naturaleza con sus zarzas y otras vegetaciones va recuperando su espacio.

Siguiendo el sendero y como a un kilómetro de Castellanos, nuestro anfitrión nos muestra la fuente romana, con su arco de piedra de medio punto, Menéndez-Pidal, I (*) y Sanz, E (*) (2012) en su trabajo FUENTES Y LAS VIAS ROMANAS EN LA PROVINCIA DE SORIA: APORTACION AL CONOCIMIENTO DE ELEMENTOS MENORES DE CAMINERIA. EL CASO DE LA VIA AUGUSTOBRIGA-NUMANCIA

(consulta en línea el 0/12/2019 http://oa.upm.es/19512/1/INVE_MEM_2012_138848.pdf )

La fuente romana por antonomasia suele estar construida con estructuras sólidas en capilleta, con arco de acceso al pozo o manantial de medio punto, rematado o no por frontón. Estas fuentes constituyen captaciones en zonas de surgencia y de rezume mediante estructuras semienterradas, con pozos hundidos en el freático. Estos pozos hacían al mismo tiempo de captación y de depósito de regulación en una sola cámara, dadas sus dimensiones relativamente grandes. La geometría más elemental de esta cámara consistía en un rectángulo de muros de fábrica.

Esta fuente cumple perfectamente estas características, y es similar a las de la zona.

Ya vamos entrando en el monte de carrascas y robledales. Aquí Alberto nos explica que el tipo de roble que hay en este monte es “quejigo” (Quercus faginea) cuya hoja es mucho más pequeña que la del roble normal, que se parece mucho a la de la encina, y que se cae toda del árbol, frente al la de su hermano el “Rebollo” (Quercus pyrenaica) que es dentada y no acaba de desprenderse del árbol.

Pronto empezamos a ver quejigos muy grandes, con formas caprichosas y quistes y nos desviamos del camino para ver el roble que se encuentra recogido en el libro de los arboles notables de la provincia de Soria, y que llamamos el “abuelo quejigo” magnífico ejemplar que precisa de cinco de nosotros para poder abrazarlo, del que se especulamos con su edad que perfectamente pasa de los mil años, y en cuyo crecimiento ha guardado la climatología y vida de lo que le ha rodeado, Alberto nos dice que es como un disco duro de un ordenador y que con los actuales medios científicos puede estudiase con mucha precisión el pasado.

No deja de sorprendernos nuestro entorno,

Nuestro guía preocupado por el tiempo que destinamos a saborear estos espacios para nosotros nuevos e inesperados cree que el tiempo que destinemos a la ruta pueda ser excesivo para llegar a casa a una hora prudente para la comida y siesta (que a el le costo 3 horas). Lo tranquilizamos ya que esta vez nadie tenemos una prisa especial.

La niebla que ocupa el valle poco a poco va desapareciendo según subimos por la montaña, la ropa empieza a sobrar, ahora nos dirigimos a la mina de plata, o de plata y de hierro, según los autores que lo recogen, allí vemos un aljibe, una canalización y un agujero en el suelo lleno de maleza por sonde se debía entrar en la mina, esta explotación no dice José que formaba parte de las distintas explotaciones de minerales de la zona del Moncayo, y que pudo pertenecer a la misma empresa que explotaba la mina Petra de Olvega, que ya vistamos el 11 de febrero de 2017 y que Angel nos cuenta (http://soriapasoapaso.es/?p=38 ) de estos temas mineros encontramos un artículo muy interesante en una publicación de la revista de Soria de Octavio Puche Escuela de Minas y Energía-Universidad Politécnica de Madrid   titulado ALGUNOS DATOS PARA LA HISTORIA DE LA MINERÍA EN LA PROVINCIA DE SORIA (consulta en línea el 9/12/2019 http://oa.upm.es/39009/2/Revista_de_Soria%20.pdf ) y que nos ayuda a entender los parajes que visitamos en nuestro caminar semanal.

Continuamos la subida hacia el alto de la Modorra, (sobre 1450 m), ya con un sol radiante y con el mar de niebla cubriendo el valle del Rituerto, cuando coronamos con tan solo 6 kilómetros hemos consumido más de dos horas, y ya es la hora del desayuno, que aprovechado el asiento y protección de un aerogenerador realizamos.

En este punto divisamos ya el valle del Alhama, que no tiene niebla ,dando vistas a Trévago, Fuentestrún, Valdelagua del Cerro …. Y tomamos la pista que ha construido para las obras de los “molinos” con unas magníficas vistas, donde el día de un cielo limpio, nos permite disfrutar del horizonte: el Moncayo, Peñalcazar, Magaña, …….y hasta los Pirineos que dibujan sus cumbres nevadas perfectamente, nos sentimos felices de disfrutar de esta mañana que diciembre nos ha regalado, de la compañía, de los parajes y entornos que José nos tiene preparados.

Aquí la marcha ya es ligera y además pronto empezamos la bajada, el piso es bueno y las vistas no precisan parar para ser disfrutadas.

Pasamos por la fuente del Collado, que se encuentra en buen estado y que la ganadería y caza de la zona utilizan para su supervivencia, ya más abajo José nos oferta su coche que ha dejado tres kilómetros antes del final de la rutas por si se nos hace larga, oferta que todos rechazamos por lo que terminamos todos la ruta prevista, incluso él.

Nos desviamos de la pista de los molinos, para ir por otro camino agrícola donde encontramos setas de cardo que han sobrevivido las heladas, y otros quejigos muy antiguos y caprichosos que merecen nuestra atención.

Volvemos a Castillejos y a los coches a las 14.30,  José nos insiste en que en el teleclub del pueblo nos invita a una cerveza donde disfrutamos de la compañía y el refrigerio.

Destacar las continuas alusiones a los dichos, alegría y chascarrillos, de nuestro querido y recientemente fallecido Julián, que habita en nuestros corazones, acompañando así nuestros paseos, rutas, … y disfrutando con nosotros estos parajes que tanto ha querido.

José Antonio Martínez

Diciembre 2019

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