VILDÉ 23/02/2019

 

Hoy 23 de Febrero esperamos una jornada senderista con buena temperatura y con la compañía del sol.

Lo que no podemos predecir es lo que vamos a gozar caminando por un territorio sorprendente y desconocido para la mayoría de nosotros.

El protagonista de nuestra ruta de hoy es Vildé.

Un pueblo ubicado en el suroeste de nuestra provincia perteneciente al Burgo de Osma y que antiguamente formó parte del señorío de Gormaz, cuya villa fue el centro de la comarca hasta 1833.

En cuanto aparcamos nuestros coches en la plaza del pueblo, charlamos con alguno de sus vecinos, lo que es una gran alegría, porque habitualmente encontramos los pueblos vacíos a esta hora. Unos nos preguntan qué tierra llevamos por aquí y que de dónde procedemos, otros nos cuentan que esta mañana van a sarmentar, es decir van a podar las viñas y recoger los sarmientos y aunque nos proponen que colaboremos, preferimos comenzar nuestro camino por una vereda estrecha que parte del pueblo, rodeados de herbazales mustios. La única nota de color en el ambiente campestre la ponemos nosotros porque si miramos hacia atrás vemos una larga cola azul.

A nuestra derecha oímos y sentimos el caudal de un río que fue la gran fuente de vida del pueblo. Ricardo empieza a recordar su niñez y nos cuenta que el agua además de regar toda la zona también era aprovechada como fuente de energía para mover un batán con el que se trabajaba el cáñamo, que servía posteriormente para hacer sogas, suelas y utensilios agrícolas.

El terreno se va elevando y pronto aparecen grandes paredes rocosas rojizas a ambos lados. Estamos comenzando a caminar por un desfiladero y aquí y allá vemos rocas sueltas, unas colgadas en las alturas, otras clavadas en el suelo talladas por la naturaleza, y algunas desprendidas recientemente.

Nuestros ya colegas los buitres que habitan las alturas nos acompañan un rato mientras andamos por el remanso de paz que compone la hoz del Río Caracena.

Sorprende encontrar un pequeño embalse y a la vez parece lógico y sabio aprovechar la orografía de esta forma para la gestión del agua del río.

Inaugurada en 1935 y financiada por los vecinos, se trata de una presa por gravedad encajonada entre las paredes y con un pequeño aliviadero en uno de sus lados.

Aquí el Río Caracena se distribuye en dos : El Río Grande que es el cauce del propio río y el Río Pequeño que es un pequeño canal que se encarga de conducir el agua para el aprovechamiento agrícola y hortícola, antes de que las aguas del Caracena confluyan con el Duero.

Subimos el macizo dejando las profundidades, para sentir el viento en nuestras caras y sorprendernos con la extensión del territorio. A lo lejos, dominándolo todo desde su colina estratégica el Castillo de Gormaz vigila nuestros pasos.

Caminamos pegados al acantilado para poder ver la sima desde su parte superior, desde aquí a los buitres los observamos en directo, desplegando sus grandes alas y echándose a volar desde sus buitreras y al río Caracena lo vemos de color verde turquesa.

Angel tiene que llamar nuestra atención para reanudar camino y llegar hasta una zona agraria donde los tractores están trabajando en sus labores cotidianas frente a Villanueva de Gormaz. Una de las máquinas parece que está pasando el rodillo por las tierras y la otra va lanzando fertilizante. Las haciendas ya comienzan a verdear.

Aquí en medio de la campiña dónde hay viejos palomares de adobe desbaratados y alguna fuente escondida que hoy no mana agua, se decide parar al cobijo de una roca para tomar el bocadillo cara al sol ,descansar y charlar un rato.

Emprendemos el camino dando un giro a la derecha para entrar de nuevo en otro tramo del cañón. Hoy vemos el paraje desnudo y esquelético, falto de su capa de vegetación por lo que nuestro foco de atención y de atracción es el río, con sus aguas totalmente transparentes y los plomizos y deshojados chopos con troncos gruesos y llenos de nudos.

Desde una zona en la que encontramos una edificación de adobe derruida comenzamos a ascender nuevamente una montaña para llegar a la cima, desde donde se nos revela otra extensa visión : Cerca de nosotros, montañas viejas, erosionadas y achatadas y a lo lejos podemos incluso ver la Sierra Madrileña, nevada y envuelta en bruma.

Dejamos a nuestra espalda estas montañas y caminamos paralelos al pasillo natural que rasga la superficie caliza del páramo, ahora seguimos el cañón por su lado izquierdo y el castillo de Gormaz nos mira nuevamente de frente en la lejanía, controlándonos de nuevo. El final de este tramo es maravilloso porque llegamos a un mirador natural sobre el presa que nos deja con la boca abierta con el río color esmeralda.

Ya solo nos queda bajar la colina y escoger camino de vuelta, unos de nuevo por el cañón y otros por un camino mas cómodo.

La vuelta por el cañón la hacemos por el lado izquierdo y disfrutamos nuevamente de la intrincada naturaleza que acompaña al agua. Las dificultades del terreno se superan fácilmente gracias a la ayuda de nuestros compañeros y sentimos como los buitres planean sobre nosotros porque vemos su sombra sobre nuestras cabezas.

Ricardo nos muestra un detalle en este lado de la presa que es una calle de piedra que se sumerge en el agua y por aquí los vecinos de Vildé cuando vaciaban la presa sacaban el lodo del fondo y lo distribuían por las tierras de labor.

Nos incorporamos al camino forestal frente a la Enebra, que es un enebro sobre restos de una Atalaya que se alza en la lejanía.

Antes de entrar en el pueblo aun nos queda por ver un pequeño tesoro que no aparenta la importancia que tiene en realidad, porque quedan solo unos pocos restos. Es la Torre de la Mora.

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Se trata de una construcción funeraria Romana y es una excepción debido a que es el único monumento funerario turriforme que se conoce en la mitad norte de la península, fuera del área Mediterránea, dónde se supone que hay otros similares.

La gente del pueblo cuenta que esta torre estaba conectada con el Castillo de Gormaz por un gran túnel.

Ya huele a paella en Vildé. En el centro Social nos han preparado una estupenda comida para celebrar que hemos conocido un municipio nuevo con su asombroso paisaje y su bonita historia.

Un centro social acogedor y lleno de viejas imágenes de los antiguos vecinos, niños jugando, fotos de la escuela, charlas en las puertas de las casas, fiestas, antiguas labores agrícolas… una exposición sobre la vida y costumbres de la comarca y del pueblo.

 

Como no nos podemos echar la siesta nos vamos de paseo por sus calles y alrededores. Tiene muchas casas bien conservadas pero cerradas, aguardando ser abiertas en verano. Vemos una puerta cegada del S.XVIII y también sus fuentes, la vieja en una de las entradas del pueblo y la de la plaza, Se visita también el edificio emblemático de todos nuestros pueblos por muy abandonados que estén que es el lavadero.

El Cid Campeador pasó por aquí hacia Gormaz, camino de Valencia, pronto sufriría la afrenta de Corpes.

EGO RUDERICO, leemos en el cártel anunciador de la ruta del CID que significa en Latín “Yo Rodrigo”, así firmaba el caballero Rodrigo Díaz de Vivar.

Este pueblo fue generoso en frutales, viñedos y cuba vieja, su vino típico era clarete y hasta los años 60 disponía de 5 lagares. Hoy nuestros amigos nos muestran que comienzan de nuevo a nacer las viñas en sus campos y que hay una industria vinícola.

Recorremos sus parajes aledaños, la zona que era de huertas dónde llegaba el río pequeño y las inundaba de agua y cangrejos, un molino, palomares muy bien conservados y por último sus antiguas bodegas. Tenemos la suerte de entrar a una de ellas y vemos que se trata de una cueva compuesta por un cañón o pasillo central, unos escalones de bajada que dan acceso a dos habitaciones o huecos donde descansan las cubas y cubetas sobre unos maderos llamados” marranos”. Hay un gran número de bodegas, seguramente eran un lugar muy importante dónde no solo se guardaba el vino si no donde las familias se reunían y disfrutaban.

Es media tarde cuando abandonamos el pueblo pero aún paramos en el camino de vuelta en dos ocasiones para ver la gran extensión de cultivo de manzanas de la Rasa y el despoblado de Navapalos.

Hasta pronto Vildé. Volveremos a caminar sobre esta tierra singular y fértil en días soleados de crudo invierno como el de hoy y nos acercaremos a ver de cerca esa fortaleza que asaltada una y otra vez por moros y cristianos y ahora por el tiempo resiste sobre su cresta dominando el territorio.

Emi

 

 

Esta ruta esta grabada en el usuario “soriapasoapaso” en wikiloc:

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/vilde-por-el-canon-del-rio-caracena-ibp-43-hkg-33423322

4 Comments so far:

  1. Emi precioso¡¡¡.Me ha encantado volver a recordar el día tan espectacular que pasamos.Gracias a TI y a TODOS que lo hicieron posible…

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Posted by: soriapasoapaso on