Olvega – La Mina Petra

 Después de dos sábados sin salir a caminar (por motivos diversos) el grupo Soria paso a paso, se ha vuelto a calzar las botas y no  haciendo caso a los partes meteorológicos que nos llegaban nos pusimos a caminar. Había cierta expectación en la ruta que teníamos  marcada para este fin de semana, ya que llevaba dos aplazamientos, así que provistos del material necesario nos ponemos en marcha para visitar la Villa de Ólvega, aunque ahora esos títulos ya han desaparecido, pasando a denominarse poblaciones, pero como uno es chapado a la antigua lo dejaremos así.  Allá dirigimos nuestros pasos, dirección a occidente de la provincia nuestras monturas preparadas para dar comienzo a otra atractiva ruta senderista.

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En el  sitio y hora que acostumbra el grupo,  nos reunimos para dar comienzo nuestra ruta. Allí estábamos, Ana de la Hoz, Rosi, Gema, Ana Bernal, Julia y Maribel por parte fémina, y Miguel, Alberto, José Antonio, Julián, Candi, y Ángel por parte masculina, esta vez las chicas no nos ganaron en número como acostumbran, ya que hicimos un meritorio empate.
En las monturas de José Antonio, Alberto y Ángel, pusimos rumbo a la citada localidad, donde da comienzo nuestro caminar, que no es otro que visitar el paraje de “La Mina Petra” distante a unos 4 Km según los carteles anunciadores.
Nos recibe en Ólvega una niebla que  nos acompañaría toda la mañana, haciéndose muy espesa en algunos tramos del recorrido  que impedía ver a una distancia normal. El camino es bueno, ya que el recorrido lo hacemos por  donde en su día fue una vía minera para el transporte del mineral que de la mina se extraía, unía la mina con Ólvega;  ahora es una vía verde para disfrute de todo tipo de aficionados al deporte, ciclismo, atletismo, senderismo etc., con bancos a los lados del camino para descansar, y aparatos fijos donde se pueden hacer todo tipo de ejercicios, flexiones, estiramientos, trepar por cuerda etc. También durante nuestro trayecto nos encontramos con carteles informativos y puntos de interés por sus vistas que desde ellos se observan, pero que nosotros nos quedamos con la ganas, ya que, como he comentado, la niebla nos impidió disfrutar de las mismas. Del Moncayo, en alguna ocasión, vimos susilueta muy difuminada cuando la niebla nos dejaba.
Seguimos nuestro caminar rodeados de un bosque de robles que hacen del entorno un paisaje bonito y agradable, y donde ya se ve brotar el heléboro, arbusto temprano ya que hasta la primavera aún quedan unos días.

 

Llegamos a la Mina Petra, un gran hoyo bajo nuestros pies cubierto de agua formando un gran lago de un color esmeralda, vallado para que la gente no pase de los límites del mismo, ya que se producen derrumbes. Los allí presentes admiramos la belleza del lugar y su entorno. Nos reciben manchas de nieve en el alto que rodea el lago. Algunos bromeamos con subir al alto de la montaña, pero ahí quedaron los comentarios, después de plasmar en nuestras retinas y en las cámaras fotográficas para el recuerdo la belleza del lugar. Volvimos sobre nuestros pasos y de repente la niebla cubrió todo el paisaje dejando muy poca visibilidad.

 

La mina Petra perteneció a una Sociedad Belga establecida en el año 1899 para la explotación de una mina de hierro en  la sierra del Moncayo, Con el fin de trasladar el mineral extraído en el Moncayo, sobre todo el de la Mina Petra en Ólvega, la Sociedad Minera Moncayo comienza con la construcción de una línea de ferrocarril que uniera Ólvega con Castejón en Navarra, La producción se trasladaba a Castejón desde donde se exportaba en ferrocarril a Inglaterra, Bélgica y Francia o se trasladaba a las fundiciones del País Vasco.
 
La línea no nació con estrella y arrastró penurias económicas durante sus dos primeros años de vida. Pero sin duda el hecho que desencadenó su declive fue el descarrilamiento del tren minero, hecho acaecido en julio de 1904, con el fallecimiento de tres personas, que con la complicada situación económica de la empresa y el accidente provocó una serie de acontecimientos que llevó a la quiebra la sociedad al año siguiente. La línea férrea Ólvega-Castejón cayó en el olvido, siendo una de las líneas de ferrocarril más breves de la historia.

 

Nuestra siguiente parada no era otra que la ermita de la Virgen de Olmacedo, patrona de la localidad, paraje bonito  bien acondicionado y mejor cuidado, donde los componentes del grupo hicimos un alto en el camino y en unos bancos que hay en el lugar nos pusimos a dar cuenta del almuerzo. La ermita se encontraba cerrada, con lo cual nos quedamos con las ganas de visitarla por dentro.
La parada fue breve ya que la mañana estaba fría, y sentados, el frío se hace más patente; de aquí que Rosi, Julia y Ana Bernal, siguiendo la vía verde se dirigen a Ólvega y esperan al grupo en una cafetería junto a un café caliente, donde reponer calorías. Rosí sigue con sus molestias de cadera que le impiden hacer un sobreesfuerzo, Ana y Julia les pesa más el frío de la mañana, el resto de grupo seguimos la ruta por senderos bien señalizados y de buen firme, rodeados esta vez por bosque de carrasca.
 
Llegados a Ólvega el grupo se vuelve a unir y en un bar cerca de donde teníamos aparcados los vehículos tomamos una cerveza y con los comentarios de la ruta y las bromas sobre los entendidos en el tiempo. El grupo iba provisto de material para protegernos de la lluvia, la cual no hizo su aparición para el disfrute de la ruta y del grupo.
  Dimos por finalizado nuestro caminar. Esta vez no recogimos la correspondiente foto en el bar donde nos tomamos nuestro aperitivo pero si recogimos un curioso detalle que allí se encontraba colgado.

 
Soria, 11 de febrero de 2017
Angel.