El Burgo-Ciudad de Osma

11 de febrero de 2023

En uno de los muros decorativos de la autovía del Duero se nos avisa de que vamos camino de Uxama, y este anuncio nos va ambientando para la ruta de hoy, que va a tener el atractivo extra de poder contemplar interesantes huellas dejadas por antiguos pobladores de nuestras tierras Sorianas. Hoy de nuevo la historia forma parte de nuestro caminar y el -8 º C no nos quita las ganas de hacerlo.

Tenemos la suerte de que el sol brilla, pero el calorcillo que proporciona lo contrasta un airecillo fino que corre por El Burgo de Osma por cuyas calles comenzamos a caminar, tranquilos, admirando esta señorial localidad y entendiendo perfectamente que ya sea otro de los pueblos más bonitos de España. Las campanadas de la catedral dan las 9h cuando enfilamos la calle Mayor

que dejamos pronto para pasar al Paseo de la Carretera de la Rasa donde ya pisamos hierva escarchada y crujiente a la vera del río Ucero. Frente a nosotros aparece el puente romano  de Osma, conocido también como “de la torre del agua” porque a su lado, en la margen izquierda del Ucero, se ha restaurado este torreón que perteneció a la muralla exterior que formaba el recinto del Castillo .La fábrica de este puente es cuestionada porque tiene tanto características romanas como medievales, pero sus orígenes no nos importan mucho, lo que nos gusta, es ver a través de sus vanos la loma con su atalaya iluminada por el sol, según nos vamos acercando de frente a él.

A la vera de su puente, se encuentra la ciudad de Osma con la Iglesia de Sta. Cristina al comienzo del pueblo, en la que destaca su portada renacentista y donde se encuentran los restos incorruptos de la santa. Callejeamos Osma también, hasta llegar al rollo que nos marca la entrada a las eras, por donde nuestras sombras avanzan en fila india. Ya al pie del “Cerro de Castro “disfrutamos de una instantánea de El Burgo de Osma en un encuadre entre roquedos y de algún resto de camino romano junto a una antigua canalización de agua subterránea que entra por la montaña. Subimos el cerro y llegamos al mirador de Osma desde donde podemos identificar los lugares más destacados de la zona gracias a un panel informativo, también distinguimos a lo lejos las montañas del norte como Urbión e incluso vemos Neila porque hoy se pueden distinguir especialmente bien por sus níveas cumbres.

Nuestra cumbre por ahora es la del “Cerro de Castro “que aloja los restos arqueológicos de Uxama, descubiertos hasta ahora.

Uxama Argaela fue castro habitado por Arévacos que conquistado por los Romanos fue transformado en una importante ciudad con un gran acueducto subterráneo que constaba de unos 20 aljibes y una gran cisterna, el agua la captaban del nacimiento del Ucero a unos 20km al norte. Como muestra de Uxama, se ha desenterrado una casa llamada de los Plintos que tenía como unas 20 habitaciones, atrio porticado, huerto y bodega. También hay restos excavados del foro de la ciudad con planta rectangular donde se asentaban los edificios públicos principales y donde convergían todas las calles.

La ciudad Romana sufrió las invasiones bárbaras y posteriormente los visigodos la llamaron “Oxoma” pero también se adueñaron de ella los musulmanes que la llamaron” Waxsima” y éstos tuvieron la necesidad de reconstruir sobre restos antiguos romanos una gran atalaya con fines defensivos al borde del cerro. No hay duda de que la atalaya merece una larga pausa para contemplar la expectativa que ofrece este estratégico emplazamiento tanto desde el cerro como desde la escalera del torreón: La catedral sobresale distinguida entre las casas allá abajo, frente a nosotros, el castillo de Osma en su cerro paralelo al de la torre vigía, la Cruz del siglo presidiendo su propio altozano y dos ríos que se fusionan, uno el Ucero que recorre la planicie y el Abión que llega encañonado entre roquedos.

Buscamos y encontramos un resguardo del aire en la falda de la montaña para almorzar y aunque pensamos que hoy vamos a echar en falta la bota, ya que nuestro querido Agnelo no ha venido, tenemos la grata sorpresa de que la ha mandado llenita de rico vino, como siempre, con Esther. Asique traguito va y traguito viene entre nuestros bocatas, frutos secos y dulces pasamos un rato estupendo en el que cogemos fuerzas porque aún nos queda subir” los treparriscos” y esto suena a que va a ser fatigoso.

Bajamos por pedruscos, cruzamos la carretera de La Rasa y paramos de nuevo porque el Ucero baja caudaloso y forma un pequeño azud que se alivia con una cascada y todo esto lo podemos contemplar desde el puente  de” la Güera “. Desde la rivera subimos otra montaña para acabar alcanzando la cota de la atalaya nuevamente, ahora la observamos de frente y vemos que hay visitantes en ella. Damos por sentado que estamos subiendo por los temidos “treparriscos” dado que el terreno es abrupto y pedregoso y a veces falta el aliento por el esfuerzo. En realidad, es la” cuesta de Santa Gadea” y después de ésta aún quedan otro par de ellas hasta culminar en la parte trasera de la fortaleza de Osma, desde donde tenemos otra espectacular visión de la zona, ahora desde el sureste y si miramos hacia atrás igual vemos hasta Vildé.

Nuestra visita al castillo de Osma empieza por un mirador situado en la espalda del castillo y tras pasar por una necrópolis plenomedieval con unos 25 cuerpos que es uno de los últimos hallazgos encontrados por los arqueólogos, nos metemos de lleno al interior por una de sus puertas. El recorrido se hace fácilmente ya que está adaptado con pasarelas, escaleras de madera y barandillas de forma que se acede a diferentes miradores y a diversas zonas de la fortificación, todo muy bien explicado a base de paneles que se encuentran en el recorrido.

Este lugar es una de las fortificaciones cristianas más antiguas e importantes de la península, en ella los arqueólogos han encontrado muchas peculiaridades y hallazgos inéditos como sus saeteras con una forma especial, más estrechas en la parte de arriba para aumentar la protección del tirador. Se han encontrado también restos de la ocupación posterior del lugar como barracones y letrinas para soldados del S XIV, también fue de uso episcopal en algún momento y en el S XVIII, su mampostería fue reutilizada para construir la catedral.

A Chus nunca se le escapa la imagen lejana en forma de barco varado en la llanura que es el castillo de Gormaz y que junto a este de Osma custodiaban las rutas hacia el norte y al río Duero. Ambos eran posiciones muy codiciadas por lo que cambiaron de manos varias veces entre musulmanes y cristianos o posteriormente entre diferentes reyes Castellanos. Las atalayas de Uxama, Valdenarro y Lomero colaboraban en la vigilancia y guarda del territorio. En el 934 la frontera entre musulmanes y cristianos estaba justo aquí y hubo una batalla entre las tropas califales que dominaban el Castillo de Gormaz, lideradas por Abderramán III y las de Ramiro de León, rey que ordenó la fortificación del castillo de Osma, ya que hasta aquí llegaba el reino de León por aquél entonces; la batalla fue ganada por los cristianos porque los musulmanes no pudieron subir por el cerro.

Abandonamos el castillo saliendo por una puerta de su primera muralla y seguimos viendo restos de rocas por la ladera porque a mitad de ella hubo una segunda muralla abrazando la fortaleza y la más externa o inferior estaba justo en la base del cerro y su único resto es la torre del agua, llamada así porque era el lugar por donde se accedía a coger agua al río en los asedios y protegía el acceso al puente de Osma también.

Nos vamos alejando de la historia por el paseo del Carmen y ya se piensa en tomar  una cervecita, antes pasamos por delante de la catedral  de la Asunción y recorremos la calle mayor aportalada con sus palacios, la plaza Mayor está en reforma y no nos olvidamos de pasar también  por la panadería o de entrar en algún museo de forma rápida porque El Burgo de Osma ofrece muchas posibilidades interesantes al mediodía .El solecillo y el airecillo nos siguen acompañando  en el bar cercano a la plaza de toros burguense, mientras tomamos nuestra cerveza o vino o refresco todos juntos. Hoy nos tenemos que dividir en tres grupos porque somos 34 senderistas los que hemos acudido  a la cita pasopasera, muchos de ellos recién incorporados y recién conocidos . BIENVENIDOS!!.

  1. “Los treparriscos de Santa Catalina”, es el nombre de un grupo senderista del Burgo de Osma.

Emi

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Posted by: soriapasoapaso on