POR TIERRAS ALTAS – ONCALA 14-05-2022

 

Un sábado más, partimos los once inscritos en la ruta  por la carretera C-115, que comunica Garray con Tafalla hacia el pueblo de Oncala. Es un municipio a 31Km de Soria, situado al noroeste de la provincia, en la Sierra del Alba, al pie del puerto de su mismo nombre.

Aparcamos en  las eras del pueblo  y aquí hacemos  unas llamadas a los coches que se habían  perdido entrando por el barrio de arriba. Esto se debe a que Oncala siempre ha estado dividido en dos barrios separados por el riachuelo Cayo y el puente de piedra.

Una vez reunidos, comenzamos la ruta con las indicaciones de nuestro  serpa José Antonio y las anécdotas de nuestro invitado José Ignacio que es nacido en este pueblo.

Dejamos atrás el Monte Cayo y nos adentramos en el barrio de abajo.  Descendemos por calles empedradas  hacia la plaza, donde está el Ayuntamiento y el museo de la trashumancia, pasamos el juego de pelota y llegamos al  sólido puente de piedra. Este puente según nos cuenta José Ignacio fue encargado por Juan Jiménez arzobispo de Valencia,  con el fin de  comunicarse con el barrio de arriba. Está unido a  una vía sacra en espiral, debido a la gran pendiente del terreno, y está guarnecida en la margen del declive con una sólida barbacana  y protegida por un muro con almenas que sirven de estaciones  del vía crucis en semana santa.

Nos dirigimos por dicha vía  a seguir el curso del rio Cayo (afluente del Linares) hacia una zona  rocosa, el barrio alto, donde se encuentra la iglesia y el cementerio.

Antes de llegar a lo más alto nos desviamos por una pista y comenzamos a recorrer el curso de otro rio llamado Linares hasta un pilón destinado hace años a abrevadero de caballerías, vacas y ganado lanar y un puente de piedra por el que discurre su estrecho cauce.

Seguimos una senda que antiguamente era el camino que recorrían los Oncaleses con sus vacas para llevarlas a la Dehesa a pastar. En dicho sendero nos sorprende un rincón llamado “trasnocho de las brujas”. Esta decorado con varios utensilios de la vida cotidiana de los ganaderos de la zona (cazuelas de porcelana, medidas de aceite y otros licores, sartenes…) todas ellas pintadas de bonitos colores y como no la escoba de las brujas.

Aquí,  el nativo de esta tierra nos explica que “el trasnocho” es una vieja tradición merinera en la que las mujeres pasaban largas horas nocturnas tejiendo ropa, a la luz de las velas y hablando, para hacer más corto el invierno, a la espera del regreso de sus  maridos trashumantes desde las tierras más cálidas del sur.

El sendero nos lleva a un puentecillo madera sobre el rio Linares llamado el puente del Vizconde por haberlo hecho un Oncales que es conocido en este pueblo por ese apodo. Seguimos el curso del rio animados por la charla de anécdotas del lugar y sus gentes rodeados de chopos, robles y espinos.

Recorremos la  vereda hasta llegar a una portera que es la entrada de la Dehesa de Oncala, cercada por muros de piedra. Una vez dentro  nos acercamos a un pilón abrevadero y nos comenta el guía que unos metros arriba nace el rio Linares, en el paraje del “prado de la dehesa”, junto a la fuente del “Espino”.

En la Dehesa podemos encontrar formaciones densas de acebo, en las que apenas entra la luz llamadas sestiles, que el ganado usa como refugio, tanto del frío del invierno, como del calor del verano. Entre los acebos encontramos fresas silvestres y en las grandes pastizales de la dehesa cabe destacar la gran abundancia de Pulsatilla rubra (llamada popularmente  flor del viento, de color violeta intenso y formada por 6 pétalos de forma lanceolada) y Trifolium montanum, así como una gran cantidad de genisteas, donde destaca la rara Cytisus decumbens que es una escoba de porte rastrero de color amarillo intenso que cubre grandes extensiones de terreno.  ¡Merece la pena este paseo con aroma a hierbecillas!

Desde allí nos  dirigimos  a la portera del alto del puerto de Oncala de 1454 metros. Aquí encontramos un cartel: Oncala-Valtajeros (LIC) designado como Lugar de Importancia Comunitaria y forma parte de la Red Natura 2000. Nos muestra la localización de la Sierra del Alba, Cebollera, Santa Inés y los pueblos de Castilfrío de la Sierra, Estepa de San Juan, y Ventosa de la Sierra.

Pasamos la carretera y comenzamos el ascenso a la Sierra Matarrebollo,  durante toda la subida vamos viendo antiguas construcciones para la caza de la paloma, están medio derruidas y afean el entorno enormemente. Alcanzamos la zona más elevada para llegar al punto más alto, dónde se encuentra el vértice geodésico, al Cerro Borreguil (1558 m). Soplaba un poco de viento y nos sorprendieron las vistas que desde allí se divisaban. Siguiendo el ascenso  vimos a lo lejos un atajo de ovejas vigiladas por unos enormes mastines.

Divisamos los primeros aerogeneradores que hay instalados en el lugar, cuyo zumbido se escuchaba perfectamente cuando nos encontrábamos a sus pies. Llegamos a la cima de la sierra,  al Rozo de los Lobos de 1621 metros que tiene una gran antena en la cima, allí hacemos un descanso y tomamos el almuerzo. Divisamos desde este punto, otro valle donde se encuentran  los pueblos de Las Aldehuelas, Los Campos y Arévalo de la Sierra.

Seguimos por la  Sierra de Alba hacia el puerto de Campos de 1454 metros. Desde allí pasamos la carretera y cogiendo el camino de Campos- Oncala  bajamos todo recto por fuerte pendiente en dirección al, siempre visible, pueblo de Oncala.

Llegamos al barrio alto a las 12,30 y allí nos encontramos con varios vecinos del pueblo arreglando un parque junto a la iglesia. Nos comentan que están haciendo “el reo”, esto son tareas comunales que se hacían entre todos los vecinos cuando eran convocados. Entre risas y bromas esperamos a  nuestro guía  Amalio para que nos enseñe la Iglesia de San Millán.

Nos explica que fue construida entre los años 1780 a 1798. Cuenta la tradición que la nueva edificación se realizó sin derribar la primitiva, que quedó dentro y fue después desmontada y sacada al exterior. Es de una sola nave, con cinco tramos de lunetos entre gajones de medio punto sobre pilastras. Presenta crucero con cúpula sobre pechinas y brazos con lunetos. El Retablo Mayor está dedicado a San Millán de la Cogolla, que se presenta con un cordero acurrucado a sus pies, vestido de monje con sayal negro y portando el cayado de pastor. La talla corresponde a la primera mitad del XVIII.

En la iglesia de Oncala se expone una colección de diez grandes tapices del siglo XVII, basados en los cartones encargados por la Infanta Isabel Clara Eugenia a Pedro Pablo Rubens, en 1625, para un conjunto original destinado al Convento de las Descalzas Reales de Madrid. Ocho de estos pertenecen a la serie Apoteosis Eucarística, basados en una colección de pinturas de Rubens, con la marca BB (Bruselas-Bramante) y FVH, las iniciales del maestro tejedor, tapicero de Bruselas. Esta colección fue cedida por el oncalés D. Juan Francisco Jiménez del Río, obispo de Segovia y arzobispo de Valencia. También se encuentran dos tapices, de serie distinta, de temática profana, que representan alegorías del amor. Fueron tejidos con lana y seda en Bruselas, en el siglo XVII. Llevan la marca de la ciudad en el orillo inferior. Sin embargo, no figura la del maestro tejedor.

 

M. Ángeles Martínez

One Comment so far:

  1. Gracias M.Angeles por aportar tu relato. Anímate a hacer alguno mas. El campo estaba precioso y la inglesa con sus tapices y la explicación de Amalio muy interesante. Gracias también a J.Ignacio por mostrarnos Oncala.

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Posted by: soriapasoapaso on